El increible mundo de Gumball (Yaoi)

Episodio 0. El inicio (Introducción)

Episodio 0. El inicio (Introducción)

Aún recuerdo ese Viernes de ya hace 12 años cuando regresaba de un viaje que tuve con papá, y en la casa nos esperaba mamá con un pequeño niño de pelo como medio rojizo, casi naranja, un poco caucásico yo diría leche de vainilla, de casi mi altura, tomando la mano de mamá, y sonriéndonos a mí y a papá, me le acerque con un poco de miedo, alguien desconocido en mi vida, en eso mi madre dijo “Gumball él es tu nuevo hermanito”, me le quede mirando a mamá, mientras me decía papá “el pequeño Darwin, será desde hoy tu hermano”, cerró la puerta mi padre y con mi mamá se dirigieron a la sala, yo frente a Darwin, le sonreí y me abrazo apretándome algo fuerte, a lo que respondí de igual manera.

Un nuevo hermano, un abrazo fraternal, la felicidad me enredaba, corrimos a las escaleras para ir a mi habitación, enseñarle donde dormiríamos, mis juguetes que ahora eran suyos, me sorprendí cuando me beso la mejilla y me dijo “Hermano”. En mi interior la felicidad me llenaba.

Al tiempo mis padres nos pasaron a otro cuarto, nos pusieron una litera, muebles, entre otras cosas, con la sorpresa de mi madre al mes diciéndonos mientras comíamos,

Mamá: Niños, ¡¡Van a tener una hermanita!!

En nuestros rostros la felicidad, no más de dos meses que tengo un nuevo hermano y en camino venía otro.

Desde ese año he sido feliz, con mi hermanita Anaís de 3 años y medio menor, mi hermano de meses menor, jugando a su lado, peleando en ocasiones, inventando juegos, estudiando en la misma escuela a veces en diferentes grupos.

Por alguna rara razón a Darwin siempre le a gustado el mar, el agua, los peces por eso su mascota es un pequeño pez naranja que se encuentra en nuestra habitación, mientras a mí los felinos, hermosas criaturas inteligentes, aunque dicen que son rencorosos, y a Anaís los conejos.

Ahora ya con mis 15 años de edad, estudiando en la escuela secundaria con mi hermano Darwin a punto de cumplir sus 15 años, y Anaís con sus 11 años de edad, seré sincero aun nos comportamos algo inmaduros, pensar que debo pasar las materias, ver donde seguiré estudiando, entre muchos pensamientos que pasan por mi mente, de los recuerdos que tengo de Darwin y como es que ahora se comporta.