Hoy, sentado desde lo alto de esta motaña, grito desesperadamente tu nombre, tu rostro se dibuja en cada centimetro de madera en el inmenso bosque en el que hoy me encuentro atrapado, dia tras dia me encuentro corriendo los miles de kilometros buscando alguna pista de tu paradero, de tu regreso.
Las estrellas perdieron su brillo, la luna se rie de mi, me ha visto tallar tu nombre en cada lugar en el que puedo hacerlo, mis lagrimas caen gravemente sobre la superficie del agua, los pajaros entonan tu voz.
El frio de mi piel reclama tu regreso.
vuelve.