Y le era imposible entender que un pulgar tuviera el poder de tapar el sol, que la luna afectará su atracción y que en las noches de luna llena su marea se enfurecía y subía hasta los picos de montaña, qué tenía el poder de hundir barcos y hacer flotar un náufrago. Le era imposible entender que nadaran peces chicos en el mismo camino de un tiburón veloz y hambriento, no podía entender cómo salían conejos de sombreros en las ferias que visitaba de niño, no sabía de finanzas, de letras o de música.
No sabía cómo actuar cuando ella lo miraba o que decir cuando todo se callaba, no sabía qué perfume hacía que su olfato estallara creando una vía láctea a lo largo de una noche, no sabía que melodía hacía bailar sus tierras.
No conocía de horizontes o fronteras.Solo sabía una cosa.
Y aparte de respirar, amarla era lo que mejor se le daba.