Capitulo 8: El código Binario.

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Hacía muchisimo calor, aunque el aire acondicionado refrescaba el caluroso hambiente de la sala, fuera la temperatura de los termometros superaba los 40 grados. El Sol lanzaba sus rayos contra la ciudad y permanecer lejos de lugares frescos era una autentica locura.

Roberto acostumbrado a los veranos calurosos del sur de España lo soportaba facilmente, pero M estaba sudando, se había quitado la chaqueta del chaleco y la corbata, quedando solamente con su camisa blanca, la cual por el cuello y las axilas, tenía marcas de sudor.

-El código está descifrado señor M, siento haberme demorado tantos días, pero le aseguro que éra extremadamente complicado de descifrar.- dijo el hacker mirando a su jefe.

-Tranquilo Roberto y buen trabajo- respondió su jefe a la vez que con el dedo indice, separaba el cuello de la camisa que se le adhería con el sudor.- El caso es que has logrado dar con la respuesta... ¿Qué pone entonces en ese maldito código binario?-.

Roberto miró a M, dispuesto a responder cuando la puerta del despacho sonó.

-¿Quien va?- preguntó el jefe de Imboss Carnicos.

Su guardaespaldas de color, abrió la puerta y respondió a M.

-Es la señorita Sombra, señor-.

-Que pase-dijo simplemente M.

La puerta volvió a abrirse y Sombra entró en la sala, esta vez su pelo era de un negro intenso y oscuro, vestía unos pantalones de cuero ajustados y una camiseta azul de tirantes muy ajustada, con un gran escote.

-Esta mañana llegó a E.P.V tu mensaje para que me reuniera contigo M, he venido lo más rapido posible, que calor hace aquí.- dijo la bella mujer mientras se sentaba en una silla junto a M.

-Son buenas noticias Sombra, noticias que espero que alegren a tu amada organización.- dijo M sin parar de sudar- el joven Roberto a logrado descifrar el código al fín, tenemos nueva información para nuestro siguiente paso.-

La fria Sombra sonrió, eran pocas las ocasiones en las que se veía a aquella mujer hacer ese gesto.

Ésta se inclinó hacia el hacker sentado frente a ellos, al otro lado de la mesa y sonriendole le habló.

-¿Y qué has descubierto?, álgo importante supongo.-

Roberto clavó la mirada en el escote de la sensual mujer y comenzó a sudar como no había hecho en todo el caluroso día, sus mejillas adoptaron lentamente un color rojo. Pasados unos segundos la mujer habló de nuevo.

-¿Y bien?.-

Roberto salió del trance que le había producido ese escote y nervioso y muerto de vergüenza respondió.

-El código muestra unas coordenadas, solo queda comprobar en un mapa donde nos marcan, también dice lo siguiente-dijo el hacker mientras buscaba en una pequeña libreta las anotaciones que había realizado-El escudo de oro lo custodia el Dios de la piramide, la roca azul descansa a los pies del gran mono. El escudo de oro abrirá la puerta, los dioses aguardan al otro lado.-

Sombra y M lo miraban fijamente, finas gotas de sudor caian lentas por la frente de Roberto y de su jefe, el rostro de la mujer en cambio parecía ser inmune al calor.

-¿Tienes idea de a que se refiere todo éso?- pregunto M.

Roberto le respondió.

-Tengo que comprobar varias cosas aún, pero de momento solo tengo suposiciones.-

-Pues cuentanos esas suposiciones- respondió sombra.

-Bien, pienso que en algún lugar hay una puerta interdimensional, que facilita el contacto con alguna raza superior del espacio, se a hablado de varias de estas localizadas por diversas partes de la tierra. El escudo de oro seguramente sea la llave para abrirla.- dijo el joven.

Comando Éxo-ratasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora