Capitulo 16: Un disparo.

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El hombre moreno de ojos azules se sentó sobre la caja de madera que había colocado en el suelo para usarla como asiento improvisado, abrió úna cremallera de su uniforme negro y metiendo la mano en el interior de su bolsillo, sacó un paquete de tabaco Marlboro.

Colocó el cigarro entre sus labios y con la mano, tanteó su bolsillo en busca del Zippo para poder encenderlo.

Aquel sucio lugar apestaba, tenía el fétido olor a alcantarilla pegado a sus fosas nasales, quizás un piti quitara aquel asqueroso aroma de sus vías respiratorias.

Prendió el pitillo, absorviendo el humo denso con cada calada, eso estaba mejor, al menos cambió el sabor de su boca.

Miró a sus cuatro compañeros, en pié, con la vista fija en la tapa de alcantarilla que había sobre sus cabezas, según les habían informado, los mercenarios entrarían por ese sitio, la alcantarilla de la parte trasera del museo, pero ya se habían retrasado varias horas y empezaba a estar cansado de aguardar en ése nauseabundo lugar.

El potente sonido de un disparo lejano llamó su atención y la de sus compañeros, sacandolo de sus pensamientos.

El hombre moreno se giró mientras desenfundaba su pistola pero no le dió tiempo a reaccionar, vió impotente como un extraño cuchillo se clavaba en su pecho, la sangre brotó enseguida de la herida.

Una ráfaga de potente aire salió de la punta del cuchillo que descansaba con la hoja clavada en su carne, partiendo huesos, musculos y organos vitales, rebentando su interior.

Lo último que el hombre moreno vió antes de morir fueron dos payasos y un anciano greñudo disparando contra sus compañeros.

*****

Los tres componentes del comando disparaban desde la esquina de la galeria de alcantarillado a sus enemigos, ívan a actuar tras trazar un plan de ataque, pero un disparo lejano llamó la atención de sus enemigos y no les quedó más remedio que atacar primero.

Levi clavó su nuevo modelo de cuchillo en el pecho de un hombre moreno, cuando la rafaga de aire rebentó a ése pobre bastardo, el aire derribó a otro enemigo, Tull corrió en dirección al derribado, cuchillo en mano, cubierto por los disparos silenciosos del arma de Big, que derribó a dos enemigos más, cada úno con agujero en la frente.

Tull clavó el arma en el corazón del hombre que estaba en el suelo mientras Levi acertaba con otro cuchillo arrojadizo en el ojo del último enemigo en pie, el aire salió con fuerza tras clavarse la hoja, dejando la cabeza del hombre como una sandia que impacta contra el suelo tras haber sido arrojada desde un quinto piso.

Los tres compañeros se reagruparon de nuevo tras acabar de forma silenciosa con sus rivales.

-¿Quien cojones ha disparado?, joder, si no actuamos rapido esos cabrones nos cosen a balazos.- dijo Tull a sus compañeros mientras con la tela que colgaba de su bandana, limpiaba la sangre de la hoja de su cuchillo de caza.

-Han tenido que descubrir a los demás.-dijo con su voz apagada Levi.

-Joder, eso cambia todo, no podemos comunicarnos ni con ellos ni con M, porque aquí debajo no hay cobertura para nuestros comunicadores. Si en el museo se ha escuchado el disparo estamos jodidos.- dijo el gordo y bajito payaso, Big.

-No lo creo, estas alcantarillas están separadas de la superficie por mucha altura y una gruesa capa de tierra, con suerte se abrá amortiguado el sonido, pero joder, tenemos que reunirnos rapido con el resto del comando. Seguirme.- dijo Tull, mientras colgaba su rifle en su hombro y se disponia a correr.

*****

Red de alcantarillado Éste. 15 min antes.

Yaman avanzaba a paso tranquilo por la alcantarilla, con úna sucia y apestosa agua marrón mojandole hasta los tobillos.

Comando Éxo-ratasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora