Capítulo 15

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Ignoré la pregunta que Sango hizo para ella propia y caminé por el pasillo, mientras esperaba por noticias.

Ya estaba harto de esperar, la paciencia no es una de mis virtudes.

Paré de repente y golpeé la pared más cercana, lo que hizo con que mi medio hermano se aproxima a mí.

— Sesshomaru, tiene calma, Kagome esta con alguien de su especie. – intentó Inuyasha tranquilizarme —. Puede ser que no haya sido nada.

¿Nada? ¡Ella desmayó después de usar un poco de su poder! – grité molesto, dejando mi bestia hablar.

Tanto yo, como a mía bestia estábamos preocupados por nuestra mujer, pues no podíamos hacer nada para que ella mejore. Nada. Me sentía inútil.

Por mi descontrolo, Inuyasha con miedo, se alejó, pero no era el único con miedo, todos me miraban asustados.

Con coraje, mi sobrina se aproximó de mí.

— Tío, Kagome es fuerte. – me dijo con convicción.

Suspiré, era mejor me tranquilizar.

(...)

Los minutos parecían horas que nunca más terminaban.

La puerta se abrió, y la mujer salió muy tranquilamente. Fue, obviamente, él primero aproximarme a ella.

— ¿Como ella está? – exigí saber.

— Tenga calma su majestad, lo que sucedió a la princesa es bastante normal en su estado.

— ¿¡Normal!? – grité de nuevo —. Ella desmayó y está muy pálida...

— La princesa está embarazada. – comentó la anciana me interrumpiendo.

"¿Qué?"

No esperaba esta noticia, y parece que mi bestia también no.

— ¿Embarazada? – preguntaron todos al mismo tiempo, a mi rededor, felices.

— Las elegidas en los primeros dos meses, si usaran sus poderes sin tener cuidado, gastan mucha energía. Como la princesa no tenía conocimiento de su estado, usó sus poderes sin pensar. – observó a todos para percibir si tenían dudas —. Ella solo necesita de descansar.

— Me alegro que haya sido eso. – susurró Sango —. Ya lo sospechaba, pero no sabía si las elegidas tenían los mismos síntomas que las humanas.

— Depende de elegida para elegida, no existen dos iguales. – dice la anciana antes de si retirar.

Nadie hablaba. Estaban todos con sonrisas en los labios, excepto yo, que aún no acredita en lo que había escuchado.

— ¡Felicidades Sesshomaru, vas a ser padre! – dice Inuyasha muy contento —. Tendrás el heredero que tanto esperábamos.

"No es solo un heredero."

No le contesté, quería verla. Quería garantizarse que ella estaba en seguranza, pero no solo Kagome, también mi cachorro.

Entré en el cuarto, y la observé detalladamente. Continuaba un poco pálida, pero estaba mejor. Su respiración era tranquila, lo bastante para me tranquilizar también.

Siénteme a su lado en la cama, para poder acariciar su cabello, su cuerpo, hasta llegar a su vientre, donde se encontraba a mi cachorro.

"Aún no acreditó que voy a ser padre."

"Yo estoy tan feliz que quiero dar algo especial a nuestra mujer."

"Hmp...pero y ¿si soy un mal padre?"

¿Puedes amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora