Capítulo 7

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S&K

Perdí completamente el control en mi cuerpo. La iba hacer mía. Ansiaba por poseer su cuerpo de nuevo, pero de esta vez más amablemente.

Acaricié todo su cuerpo, pero me molestaba el vestido que tenía puesto. Definitivamente lo iba romper, sin embargo no tuve tiempo para hacerlo.

— ¡Su majestad! – llamó Jaken, mi sirviente más irritante —. La cena ya está lista, y el rey del Sol los espera.

Sin ganas me separé de ella. Si no, no íbamos salir del cuarto hoy y mucho menos ir a cenar. Sin embargo era necesario, teníamos que mostrar a todos del castillo que los dos reinos se entienden perfectamente.

La ayudé a levantarse, y me quedé mirando. Con mucha habilidad, ella se peinó, colocó la corona y más joyas, y se certificó que su vestido estaba en su lugar, antes de aproximarse de mí. Y dirigirme una dulce mirada, con aquellos ojos azules, que tanto me gustaban.

— Nosotros terminaremos lo que estábamos haciendo más logo. – le aseguré —. Es una promesa.

Kagome sonrió.

— Tenemos tiempo. No es como si el mundo terminará hoy. – informó —. Sin embargo, no tengo nada en contra en seguir eso, después de la cena.

Me besó suavemente en los labios, para salir del cuarto. Dejándome allí con un sonriso bobo en la cara.

(...)

— Entonces, ¿ya puedo llamarla por su nombre? – cuestionó mi sobrina con uno enorme sonriso a mi mujer, cuando esta asintió, Rin saltó de alegría —. Qué bueno, ya no iba soportar mucho más señorita Kagome.

Kagome acarició su cabello suavemente, tal como la madre de Rin hacía. Y eso no pasó desapercibido a mi hermano. Los dos reyes del sol, aproximarse de ellas.

— ¿Cómo te sientes Kagome? – preguntó la humana.

— Mucho mejor, muchas gracias Nike, eres la mejor. – elogió mi mujer.

— Claro que Nike es la mejor. – afirmó el rey niño seriamente.

Segundos después, Kagome empezó a reír mucho alto, lo que llamó a la atención de todos a su redor. Por mí, ella podía reír lo que quisiese, pero los ancianos irían hablarme que su comportamiento no es digno de una princesa. No me importa lo que ellos piensen, lo que quiero es que ella sonría.

Noté que el otro rey la miraba, molesto.

— Si otra persona se riese así de mí, lo mandaría decapitar. – comentó lo humano, mientras ella se tranquilizaba —. Pero, tú... eres tú, nunca cambiarás. – suspiró.

— Sin duda que Kagome nunca cambiará, ella siempre se reirá de tus comentarios. – dice su mujer haciendo un esfuerzo para no reírse.

— Tengo una pregunta. – habló mi querida sobrina, y los tres la miraron de inmediato —. Usted, - y apuntó para Livius, — ¿Es un rey? ¿Tan joven?

— Sí pequeña, solo tengo 14 años, pero ya soy el rey del reino del Sol. – informó.

— Interesante, pero ¿porque tiene una mujer mucho mayor que usted? – interrogó curiosa.

Los tres miraran mi sobrina incrédulos. Ríe. Rin porde llegar a ser es una niña muy encima de los otros niños de su edad.

— ¿Qué edad tienes? – preguntó Livius mientras miraba Rin.

— Tengo 6 años ¿porque? – cuestionó inocentemente.

El rey del Sol le dirigió una mirada de incrédulo. La conversa se pondría buena, pero me interrumpieran.

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