—Excelente, continúen así. – elogie mientras los observaba.
No podía luchar, pues no tenía autorización para participar en los entrenamientos de las demás elegidas, ya que mi hijo puede nacer a cualquier hora. Todos tenían miedo que desperdicie energía que puedo necesitar para el parto.
— Princesa, lo entrenamiento terminó, y en mi opinión pienso que todos están preparados para la batalla. – informó Miroku.
— Gracias por la información.
Salí de la zona de entrenamiento y seguí la energía de Zen, este se encontraba debajo de un árbol dibujando. Me senté a su lado, y observé su dibujo.
— Está muy bonito.
— Gracias, es para más tarde recordar tu embarazo. – explicó con un sonriso —. Hice otros de tu compañero con la pequeña que sé, que te van a encantar.
Relajada, me acosté en su hombro y cerré los ojos.
— Yo también tengo miedo Kagome. – confesó Zen.
Abrí los ojos, para lo mirar.
— Miedo de lo desconocido. – afirmé —. Todos tienen miedo al desconocido, no somos diferentes, pero también tenemos miedo de fallar.
— Tienes razón, sin embargo no podemos dejar eso nos influenciar. – dice Nike apareciendo sola.
— ¿Dónde está Livi? – pregunté para cambiar de tema.
— Con tu marido.
Otra persona apareció, y se juntó a nosotros.
— Ahora que estamos los cuatro solos, podemos hablar. – dice Ken, que apareció por el mismo camino que Nike.
Nos sentamos en círculo.
— ¿Qué quieres hablar Ken? – pregunté.
— La conversa que tuvimos con los dioses no me sale de la cabeza. – comentó.
— No es solo a ti. – afirmó Nike con la voz apagada.
El silencio reinó por momentos.
— Esa maldita conversa no me tiene dejado dormir, estoy preocupado con el futuro de nosotros y todos los que viven actualmente en la aldea. – reclamó Ken.
— Yo pienso que ellos no nos dijeran todo, y que el sacrificio será mucho más de lo que estamos pensando.
— ¿Te refieres a nuestros poderes o a nuestra vida? – pregunté a pesar de ya saber la respuesta.
— Para nosotros cuatro, nuestros poderes son nuestra vida, es casi lo mismo. – contestó Nike malhumorada —. No sabemos vivir sin ellos, moriríamos si los perdiéramos.
Después de eso empezamos a discutir durante horas, sin que nadie nos interrumpiera, sobre lo que haríamos en la batalla. Ya estaba decidido. Cada uno de nosotros haría lo que mejor sabe. En último les di una sugestión.
— Debemos de hacer una carta, para caso que las cosas no sucedan como queremos.
— Tienes razón Kagome, escribiré hoy mismo la mía. – comentó Nike con una sonrisa triste al pensar, ciertamente, que puede dejar a Livius solo, y que este volverá a ser el mismo de antes de la conocer.
Mi cuerpo estremeció al pensar en eso, y también al pensar que podía suceder el mismo al Sesshomaru o peor.
(...)
— ¿Ya pensaste en un nombre para nuestro hijo?
— Todavía pienso que será una niña, tan hermosa como su madre.
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¿Puedes amar?
FanfikceUna historia diferente de mi pareja favorita. Kagome huye de sus enemigos, pero de una forma inesperada acaba mujer de Sesshomaru, un rey mimado, que no sabe que es el amor, ni la ternura, ni el afecto... Ella no es como las demás mujeres, esconde u...