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Entré a los vestidores buscando a Jaime, apenas abrí la puerta grité su nombre pero nadie me contestó, caminé hasta las regaderas. No esperaba encontrar a nadie. Pero Kellin estaba sin playera pero con pantalón debajo de el chorro de agua que se veía muy caliente por el vapor que salía y el tono rojizo que se le había puesto en todos los hombros. Lo miré y él a mi, parecía que había llorado o estaba muy avergonzado pues su cara estaba roja, muy roja.

—Lo lamento, no quería molestar —. Me di la vuelta para irme

—¡Espera! Bueno... ¿Podrías pasarme la toalla y la ropa que están allá? —. Dijo señalando la banca

—Esta bien

Se las di y ahora si me iba a ir pero antes de llegar a la puerta me giré para verlo una última vez, tenía el pantalón abajo y sólo se podía ver su bóxer muy pegado a su cuerpo por el agua, todo su cuerpo estaba mojado con pequeñas gotitas, tenía unas piernas bastante definidas y un trasero que sólo era imposible no mirar. Tantas cosas que pasaron a mi cabeza, mordí mi labio.

—¿Me vas a mirar cambiarme? —. Preguntó sin voltear

—Perdón, ya me iba

—Preferiria que no les contarás a tus amigos, ni a nadie, sobre las veces que hemos hablado —. Se giró a verme, aún sólo en bóxer —Lamento como reaccioné la última vez, estaba molesto y fuiste la primer persona que encontré con un motivo para golpear así que, en verdad, perdón

Todo se empezó a complicar en mi parte baja, no necesitaba esto, no ahora. Moví un poco las piernas tratando de cubrirme, además de que estaba doliendo, pero eso hizo que lo notara más, se rió ligeramente.

—Ah, s-si, esta bien —. Afirmé y pasé saliva

—Hasta luego —. Se giró de nuevo

Corrí lejos de ahí, no quería que nadie me viera.

Me encerre en un baño, no tenía idea de como bajarme la ereccion, o sea, claro que sabía cómo pero estaba en la escuela, no iba a hacer eso en la escuela. Sólo me quedó sentarme en el piso a esperar, aunque era complicado pues no podía sacarme esas imágenes de Kellin de la cabeza. En verdad jamás me había fijado en Kellin, lo que sentía por él en verdad jamás había sido atracción y tal vez lo de ahora no era atracción, si no deseo. Después de verlo en bóxer todo lo que estaría en mi cabeza por un buen tiempo iba a ser él.

Cuando por fin conseguí que desapareciera salí del baño a clases corriendo, llegaría tarde, de nuevo. Pero aún así yo corrí al salón.

Toqué la puerta y el profesor de matemáticas abrió dejándome entrar.

—¿Cuál es el pretexto de hoy? —. Preguntó y me di cuenta que no había pensado en uno

—Ahh... Yo, estaba... —. Me empecé a trabar en las palabras al ver a Kellin mordiendose el labio mirándome, tenía vergüenza, cualquiera la tendría.

—Hoy no hay pretexto, siéntate y no vuelvas a llegar tarde

Me senté y lo miré sonreír y pasando su lengua por su labio superior, miré el techo tratando de ignorarlo pero era imposible. De algo hablaban mis amigos, no podía poner atención a lo que decían, ¡Dios! necesitaba en verdad dejar de imaginarlo en bóxer.

Su comportamiento me hizo darme cuenta de algo, es callado pero no es para nada inocente, en la cara de todos los que lo llamaron aburrido.

—¿Te sientes bien? —. Preguntó Jenna

—Si, muy bien —. Le sonreí

—¿Dónde estabas?

—Es que al principio no quería entrar, pero me aburría allá afuera yo solo —. Mentí

Happy Boy. [Kellic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora