-La Llama Oscura- [Final]

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Era el final. Todo se decidiría en aquellos instantes. Tenía mi corazón en un puño cuando accedí a beber la poción lo que provocó que el tragar esta me resultara costoso ya que los nervios me impedían tomar cualquier cosa; me paralizaban. De todos modos logré tomarla transformándome en aquel horrendo que Anh había elegido para entrar al Ministerio, en aquel mindundi que se encontraba de vacaciones.

Anh propuso escapar empleando la aparición, pero me opuse respondiendo inseguro.- Anh, no creo que podamos aparecernos. -reflexioné un poco más sobre el sitio en el que estábamos y reafirmando con un gesto contesté.- Estamos en el Ministerio de Magia. La aparición debe estar vedada aquí. -suspiré gestando distintos planes en mi salida, pero descubriendo que solo había una salida posible.- Anh, debemos ir a las chimeneas. Son nuestra única esperanza. -sentí como mis manos temblaban ante el terror que me ocasionaba la mera idea.

Unos pasos comenzaron a escucharse, se aproximaban, refuerzos. Anh y yo nos encontrábamos bajo aquella escalera. Ocultos y por lo menos yo, con las manos tan temblorosas que por poco no calló la varita de mis manos. Le cedí a Anh la varita del hombre. Esta se levantó erguida y en ese mismo instante me vi obligado por mí mismo a levantarme para ayudarla. Tuve que dejar atrás mi nerviosismo. Agarré a Anh de la mano y asomándome a la escalera viendo como una gran serie de guardias bajaban. Intentando mostrarme positivo como era característico en mí torné mi rostro observando el de Anh que mostraba un gran temor ante lo que se nos venía. Agarré con más fuerza su mano y sonreí de forma nerviosa.- Tranquila, Anh. Me temo que esa es la única salida de este agujero, pero tengamos fe en que haya una bifurcación en algún tramo. Tengo una idea. Saca tu varita y sígueme. -tome aire aterrado mientras una gota de sudor escurría por mi frente y acto seguido comencé la carrera hacia la libertad.

No mostraba una increíble pose amenazante, más bien parecía lo que era, alguien que era un mero emisario en el Ministerio, pero podría usar aquello, aunque no sé si funcionaría. Nuestras imágenes no eran las más convenientes, deberíamos haber tomado los cabellos de los guardias caídos aunque las pociones ya estaban hechas por lo que era irremediable.

En la esquina que realizaban aquellas escaleras cambiando de rumbo, nos encontramos con un amplio grupo de agentes corruptos del Ministerio. Entonces fue cuando lo vi. Una bifurcación se daba tras aquel giro de rumbo. Teníamos ventaja, ya teníamos cuartada. Frené en seco la carrera ante tal grupo de personas que no dudaron en apuntarnos con sus varitas a matar.- ¡Esperen! -grité ocultando mi rostro en mis brazos, como autorreflejo para defenderme. Los hechizos no llegaron por lo que me erguí de nuevo mostrando mi rostro ante las amenazas del hombre imponiéndose como la ley allí abajo, dejando a Anh detrás de mí. Antes de que volviese a mostrar mi rostro indiqué a Anh que le lanzara un Confundus a aquel que me contestara ordenándole que obedeciera y creyera todo lo que yo dijera logrando obtener un protector. Solo uno sino crearíamos sospecha. Nos bastaría con el jefe del escuadrón.

- ¡Somos del departamento judicial! Ella es mi directora y yo soy un mero administrador perteneciente a este.-respondí aterrado, con las rodillas un tanto temblorosas.

- ¿Qué hace un simple administrador del Ministerio y una directora de departamento aquí abajo? -preguntó al saber nuestros oficios mostrando una mueca austera y desconfiada.

- Nos enviaron a realizar a un preso un cuestionario antes de que lo llevaran a juicio. -mostré un tono de voz asustado y nervioso, que ni siquiera tuve que fingir ya que era así como me sentía.- Fue entonces cuando...cuando. -respondí entrecortadamente mostrando mi temor.- cuando se oyó un increíble estruendo en la celda de al lado. Tuvimos que ocultarnos con el preso, pero logramos ver a un joven correr pasillo arriba, parecía muy malherido. -Intenté que en la cuartada no apareciese Anh ya que eso nos permitiría librarnos de dudas.- Lo vimos alejarse en la niebla y al rato decidimos salir. Cuando el ruido cesó. Unos cuantos guardias fueron tras él, pero no sabemos más. Por favor, déjennos ir no hemos hecho nada. -

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2017 ⏰

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