Su tarde con Kevin había resultado maravillosa, él no lo podía negar, se habían divertido tanto, realmente había podido escuchar la risa real de Kevin, esa risa masculina y poco sarcástica que tanto le llegó a fascinar. Pero el día tiene que llegar a su final porque nada es eterno. Casi al rededor de las 9:30 pm Kevin lo llevó a su casa y se despidieron.
Ben entró con tranquilidad y sus padres lo saludaron para que luego cada uno regresara a sus actividades cotidianas antes de ir a dormir. Subió las escaleras y pronto se encerró en su cuarto con cansancio, cerró la puerta con seguro y se tiró en la cama con bastante sueño hasta por fin caer en los brazos de morfeo.
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A la mañana siguiente Ben despertó, frunció el ceño y arrugó su expresión debido a los rayos del sol que le daban en la cara de forma directa. Se dio la vuelta y su expresión de cansancio y molestia cambio a uno de incomodidad, sentía nuevamente esas molestas náuseas atacar su sistema e impidiéndole retomar su acción de sueño.
Probablemente no diría nada, sólo se levantó de la cama y caminó hacia el baño de su casa para arreglarse. Se dio una buena ducha y se arregló con su típica ropa consistente en una camisa negra y un pantalón de mezclilla azul marino más sus tenis.
No quiso ni peinarse, simplemente pasó la mano por su cabello y bajó las escaleras con su chaqueta verde puesta y su mochila en manos dispuesto a irse. No quería desayunar, era consciente de que a sus padres les molestaría pero él no se sentía en condiciones de hacerlo, no quería propiciar un accidente.
Salió de su casa y decidió caminar a la escuela, en las ultimas semanas se había notado más gordo y no le gustaba así que pensó que caminar sería un buen ejercicio. Casi veinte minutos después llegó a la preparatoria de Bellwood y entró para poder beber algo, se sentía cansado y ligeramente mareado pero no quería tomarle tanta importancia.
Entró al salón de clases y se sentó en una silla de tantas que había, nunca ocupaba los primeros lugares pero tampoco se iba hasta el ultimo lugar. Esperó a que sus compañeros de clase entraran y de esa forma el profesor también.
No fue mucha su espera, el profesor entró en cuanto la mayor parte de sus alumnos estuvieron en sus respectivas sillas. Entonces la clase dio comienzo. A nadie la gustaba iniciar su primera clase con matemáticas, pero Ben tenía mala suerte hasta en eso por lo que no le quedó de otra más que sacar su cuaderno y apuntar lo que el profesor decía y explicaba.
El tema no se le hacía fácil, maximizar y minimizar ecuaciones no era algo que él entendiera del todo. No era bueno con los cálculos y pese a sus malestares estaba dando su mejor esfuerzo.
A la mitad de la clase al profesor se le ocurrió la idea de hacer pasar a algún alumno para que resolviera la ecuación. Llámenlo como quieran, pero él cada vez pensaba que su suerte era aún peor.
Se levantó de su asiento y se acercó al escritorio de su profesor para que le prestara su plumón, observó la ecuación intentando comprenderla y luego comenzó a resolverla.
No estaba seguro de qué hacía pero al menos lo intentaba. Llegó a un punto del procedimiento en el que ya no supo qué hacer, sus manos comenzaron a sudar y realizó expresiones dulces de confusión con su rostro.
Pronto las risas se hicieron presentes y a ellas se sumó la risa nerviosa y avergonzada de Ben. El profesor no se veía para nada contento y tras aporrear su mano en su escritorio los obligó a guardar silencio a todos.
El salón quedó en silencio, el plumón cayó al suelo cuando su vista se puso borrosa, se paralizó. Pronto su cuerpo falló y fue inevitable su caída una vez que perdió el control de sí mismo, y los gritos de pánico se escucharon junto a los murmullos de los alumnos tras ver el cuerpo de Ben tendido en el suelo.
La situación de pánico se estaba descontrolando por lo que el profesor, tras dejar a alguien de confianza encargado de la clase, tomó a Ben en sus brazos lo mejor que pudo para poder llevarlo a la enfermería escolar. Se encargó de explicarle a la enfermera estudiantil qué había sucedido y esta inmediatamente le contestó que pusiera al chico en una camilla y luego le permitió retirarse.
La mujer revisó a Ben, el chico comenzaba a tener temperatura elevada, colocó un termómetro en su boca y lo dejó esperando por un rato en lo que este marcaba el resultado real. Una vez que fue revelado, tapó al muchacho y se alejó para poder llamar a algún familiar de la lista.
Se sentía pésimo, tan cansado, tan adolorido y tenía unas náuseas horribles que lo incomodaban de sobremanera. Sólo quiso descansar, hundirse en la oscuridad de su mente por una nueva ocasión, buscar la respuesta a sus grandes dudas.
Pero no supo cuanto tiempo se la pasó durmiendo, sin embargo sí fue capaz de reconocer la mano que descansaba sobre su frente en esos momentos, el delicado toque de la mano de Julie que pronto se confirmó al escuchar su voz, no fue la única, la voz de su prima se dejó escuchar momentos después, pero no hizo nada por despertar y levantarse, no quiso.
Le gustaba esa oscuridad en la cual era capaz de analizar cada desventaja o desventura de algún pensamiento e intentar arreglarlo, darle lógica, comprenderlo, cosas que no podía hacer estando consciente porque todo lo aquejaba, sus malestares, su aumento de peso, Kevin y sus sentimientos, ser héroe, Julie, todo, todo y absolutamente todo representaba un impedimento para aclarar sus pensamientos.
Pronto un pensamiento llegó a su mente, sobre Kevin, sobre sus sentimientos y tras pensarlo tanto al fin fue capaz de comparar y comprender que lo que sentía por Julie había cambiado y que sentía mucho más por Kevin de lo que debía.
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.No olviden comentar y votar si les gusta. Lamento de verdad la demora, los ama Matt.
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Mami Ben || BeVin
RomanceBen Tennyson sabía que su vida no era normal ni fácil desde que el Omnitrix había llegado a su vida, pero jamás creyó que esa se convertiría en la principal causa de su condena debido a sus genes por parte de su abuela. Ahora su vida dará un giro de...