Give me a little more of your time

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Gwen estaba frente a su abuela anodita. Ambos entes luminiscentes se estaban mirando fijamente, sentadas en una especie de mesa blanca en el mundo de Verdona.

—Entonces, querida nieta... ¿Me estás diciendo que Benjamin está mal y requieres de mi ayuda?— Cuestionó asombrada e intrigada la abuela.

—Sí. Hasta hace unos meses Ben se hallaba completamente normal pero, del mes anterior para adelante empezó a tener problemas para controlar el Omnitrix y para recordar lo que hacía. Tiene lagunas mentales y no puedo detectar qué es exactamente lo que está mal, algo simplemente me prohíbe continuar.— Ella informó mirando a su abuela con preocupación. —Necesito que por favor me ayudes a curarlo, Ben no puede seguir así.

Verdona pensó en la situación muy detenidamente. Ben era un anodita por herencia muy fuerte —más de lo que aparentaba— que no usaba su cuerpo astral por falta de desarrollo, debido a que su entrenamiento había sido totalmente con el arma de Azmuth, por eso le intrigaba tanto todo eso, si Ben estaba teniendo dificultades significaba que algo realmente fuera de lugar transcurría en su cuerpo.

—No puedo ir contigo inmediatamente, antes tengo que hablar con alguien sobre algunas cosas que debo saber antes de tratar a Ben. Puedes retirarte y esperarme en Bellwood, yo iré en poco tiempo.— Gwen asintió ante las palabras de su abuela y regresó a su plano real para poder ir con Julie, al final de cuentas merecía saber qué había ocurrido.

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Ben había estado actuando diferente en el transcurso de la última semana. Había estado actuando más acorde a sus emociones. Siendo atento y demostrando amor y dulzura en cada una de sus acciones.

Kevin estaba mirando en esos momentos la figura de Ben bailar al son de la música con cariño mientras preparaba un poco de comida para ellos. ¿Cómo había Kevin llegado a la casa de Ben?

Los habían llamado para una misión, ellos debían llamar a Gwen para que pudieran atender el suceso y salvar el día como los héroes en los que se habían convertido pero todo terminó siendo una falsa alarma y no hubo más necesidad de llamar a la pelirroja del equipo.

Parecía mero acto del destino que la misión se haya cancelado justo cuando Ben estuviese solo, cuando Kevin moría de hambre y que el menor estuviese a punto de hacer el almuerzo. Ahora eran ellos dos, estaban solos en la casa del menor y este estaba haciendo un almuerzo sencillo pero que olía delicioso. Ese era otro detalle, Kevin ni siquiera sabía que Ben supiera cocinar.

Gracias a esos sucesos del destino el deportivo verde se hallaba estacionado en la acera frente a la casa Tennyson. Kevin de verdad quería creer que eran meros sucesos sin sentido, puras casualidades de un día normal de compañerismo, pero por más que se quería convencer de que se había quedado en la casa de Ben para almorzar sabía que se estaba quedando porque quería pasar tiempo con el castaño que lo estaba volviendo loco cada vez más rápido. Lo estaba observando como un tonto, viendo la manera tan tierna en la que bailaba al son de la canción de pop del momento que estaba enloqueciendo a todos —menos a él que su estilo de música giraba enteramente en torno al rock—.

Aún así, entre sus observaciones pudo notar que Ben había subido de peso, no era demasiado notorio, pero se le notaba una ligera curva en el abdomen bajo —algo que notó cuando su camisa se alzó un poco al bailar—, no se veía mal pero le impactaba que Ben estuviera descuidando su aspecto con lo obsesionado que había llegado a estar con ello. Intentaba apartar su mirada pero le estaba resultando imposible no regresar a admirar el hermoso cuerpo del Tennyson y al parecer al menor tampoco le molestaba el asunto.

—Entonces...— Mencionó Ben girando para ver a Kevin quien desvió la vista hacia la ventana como si realmente esta tuviera algo interesante que mostrarle.

—¿Qué es, Tennyson?— Le cuestionó Kevin regresando su mirada al castaño que se sonrojó levemente ante la fija mirada del ex delincuente.

—Nada... Solamente quería sacar... Algo de plática.— Susurró moviendo la vista hacia los costados.

—Mh.— Fue todo lo que susurró Kevin para luego esbozar una sonrisa.

Ben sonrió y se dio la vuelta nuevamente restándole importancia al asunto de manera breve. Apagó el fogón de la estufa y tomó dos platos de la alacena que se hallaba arriba de la estufa. Los apiló uno encima del otro mientras tomaba la cuchara que estuvo usando para mover los macarrones con queso que había preparado y luego comenzó a servir un plato a la vez para después llevarlo a la mesa. Colocó los platos sobre los manteles plásticos que había ahí y regresó a la alacena para tomar dos vasos y tras depositarlos en la mesa volvió para sacar la jarra del agua de limón que su madre había dejado antes de irse. Tomó dos cubiertos y regresó para poder sentarse al fin en la mesa junto con Kelvin para poder almorzar.

Estuvieron platicando por casi una hora durante la comida. Ben estaba demasiado contento conociendo a Kevin, para él eso era realmente agradable y no podía evitar tener las mejillas sonrojadas ante eso, su charla era tan amena y llena de cariño y bromas que se sentía sumamente feliz, casi era como un Flashback de sus tiempos con Kevin durante su infancia.

Cuando terminaron de almorzar ambos levantaron los platos de la mesa y los colocaron en el lavatrastes haciendo el mismo acto con los vasos y regresando la jarra de agua al refrigerador. Una vez que la mesa estuvo limpia y despejada ambos se sentaron en el sillón de la sala para ver una película de acción protagonizada por Vin Disel.

Estaban demasiado entretenidos en la película que sin darse cuenta se fueron acercando poco a poco en busca de calor, no sabían en qué momento habían llegado a esa posición tan comprometedora pero no parecía molestarlos. Kevin estaba rodeando a Ben con su brazo izquierdo mientras el castaño estaba recargado entre su hombro y su pecho sin dejar de ver la película.

Se encontraban muy a gusto hasta que el celular de Kevin sonó de forma insistente. Se removió suavemente para sacar su celular de su bolsillo y vio los mensajes de Gwen pidiéndolo que fuese a verla a su casa porque estaba libre. Kevin despegó a Ben de él y este lo miró algo dolido, provocando que desviara su vista.

—Ya debo irme Tennyson.— Kevin informó levantándose del asiento en el que estaba. No se sentía muy feliz de irse aunque no estaba seguro del por qué.

Estaba a punto de irse cuando la mano de Ben tirando de su camisa lo detuvo haciendo que lo mirara con sorpresa.

—Por favor, dame un poco más de tu tiempo.— Ben pidió en un susurro, no lo soltó en ningún momento y tampoco lo miró a los ojos, pero sus mejillas estaban rojizas.

Kevin no deshizo su expresión de sorpresa, pero sonrió ligeramente. Vaya sorpresa que le habían presentado.

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No olviden comentar y votar si les gusta. Lamento de verdad la demora, los ama Matt.

Mami Ben || BeVinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora