Sorprendido

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El celular de Ben sonó demasiado temprano para su gusto. Eran las 10 de la mañana y dormía como si fuesen las 7 am. Sus padres no se hallaban en casa a esa hora y él no tenía clase puesto que era un hermoso sábado. Pero quería dormir, últimamente estaba muy cansado como para siquiera pensar en prender su consola y jugar "sumos golpeadores" como lo haría en cualquier momento libre de deberes. Molesto y adormilado tomó su celular y desvariando logró contestar la llamada poniendo el altavoz.

—¡Tennyson!— La voz de Kevin se escuchó molesta, probablemente se debía a las más de 15 llamadas perdidas que tenía de él. Un momento... ¿Le llamó por su apellido? Se espabiló un poco dispuesto a reclamar cuando escuchó claramente la voz de su prima. Ah, ya entendía todo.

—¡Ben! ¿Dónde estás?— Ella cuestionó algo preocupada, y él no estaba muy seguro de si había pasado algo pero al menos estaba en casa... ¿Entonces por qué había un sol tan fuerte y su cama se sentía caliente?

Se levantó apresurado y asustado soltando un jadeo debido al esfuerzo de levantarse, eso era otro problema, tenía una clara falta de energía. Observó a su alrededor sin poder entender qué había sucedido anoche. Estuvo en casa, hablando con Julie sobre su relación, sabe que lloró cuando estuvieron en términos de ruptura —nada totalmente aclarado, parecía que un tiempo sería lo más cercano a su comprensión—, pero estuvo feliz de las cosas parecieran tranquilas entre ellos hasta el momento. Recuerda que decidieron ir a cenar  algo juntos para ver que las cosas siguieran sintiéndose normal entre ellos incluso por ahora que habría un distanciamiento en sus sentimientos y trataban de nivelar lo que había ocurrido, luego se fue a casa caminando como cualquier otra noche... ¿Por qué entonces de nuevo estaba en una zanja? 

—¿Ben?— Tanto la voz de Gwen como la voz de Kevin se escucharon por el celular, preocupados por la falta de contestación del castaño menor.

—No... No tengo ni la menor idea.— Aseguró con un tono de voz bajo y soplado debido a la conmoción y la intriga que le generaba todo este asunto.

Una parte de él estaba muy preocupado, no entendía que ocurría con su cuerpo desde hacía cinco largos meses. Perdió cuenta de algunos días después de su "coma" pero sabe que han sido cinco meses entre la primera vez que se sintió mal y perdió el control hasta la fecha. Llevó una mano a su mentón mientras pensaba sobre todo eso. Si se observaba mejor podía encontrar que su estómago había crecido un poco pero era totalmente redondo, tampoco era una curva tan grande, con su ropa usual ni siquiera era perceptible, pero cada vez que intentaba hacer ejercicio olvidaba lo que iba a hacer. Sus mareos y sus nauseas habían desaparecido casi por completo y por ello había estado muy agradecido, aún así lo más llamativo de todo eran sus antojos —y eso que él no podía notar sus cambios hormonales—. 

Sin embargo, a pesar de que nada de eso era normal y su lógica se lo indicaba una voz dentro de él afirmaba que eso era lo correcto, que estaba bien, ese extraño proceso en su vida se estaba llevando perfectamente y por algún motivo lo hacía sentir aliviado.

Dejó de pensar en esas cosas y le avisó a ambos chicos que los veía en su casa, aunque imaginaba que ellos ya estaban allá. Movió su Omnitrix viendo la ruleta holográfica que le permitía seleccionar a su alienígena y presionó el centro cuando el necrofriggian estuvo a su disposición.

Batió sus alas instintivamente, vibrantes de emoción por volar un poco, y así lo hizo. Voló por la ciudad sin prisa, disfrutando de la brisa que el aire frío del invierno entrante le daba de lleno en la cara. Cuando llegó a su casa vio el inconfundible deportivo de Kevin y luego la motoneta de Julie, pero lo que le llamó la atención fue el camper del abuelo Max. ¿Había pasado algo tan grave para que su abuelo tuviera que ir a su casa? No podía saberlo.

Mami Ben || BeVinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora