Mami Ben || BeVin

Contra el tiempo

—¡Se atascó!—Ben exclamó entre su dolor sin saber qué hacer. Golpeó el Omnitrix una y otra vez desesperado mientras el dolor se volvía más potente, teniendo así que soltar un grito y aferrarse a Kevin sin saber cuánto más podría soportar.

—¡¿Hay algo que podamos hacer?!— Kevin cuestionó preocupado mirando hacia Max y Vernona, quienes eran los únicos con el conocimiento suficiente.

—No puedo intervenir con el Omnitrix de Azmuth.— Aclaró Verdona impotente.

La verdad sí le dolía ver a su nieto en esa triste situación sin saber cómo ayudarlo. Max se acercó a ella y apretó su hombro cubierto por ese traje tan humano como una manera de reconfortarla y transmitirle su confianza de que todo estaría bien.

—Hay que llevar a Ben a la base de los plomeros, eso es lo mejor que podemos hacer por él en este momento, hay que buscar una manera de desatorar el seleccionador del Omnitrix para que Ben pueda transformarse en Frío, no sabemos que repercusiones físicas pueda provocar todo esto si no se soluciona a tiempo.— Max aconsejó mirando a la pareja de su nieto quien parecía al borde de un colapso debido a su preocupación por Ben.

—Morirá.— Atajó en seco la anodita mayor generando una serie de expresiones llenas de angustia en los presentes.

—¿Qué quieres decir?— Sandra cuestionó colocando sus manos frente a su pecho entrelazadas como una suplica silenciosa a la esperanza.

—¡Explícate, mamá!— Carl exclamó abrazando a su esposa.

Verdona suspiró notando que estaban perdiendo tiempo, así que decidió apresurarse en cuanto un nuevo grito por parte de Ben, totalmente estridente y cargado de dolor, se dejó escuchar calando dentro de ellos.

—El cuerpo de Ben es humano, las crías de necrofriggian eventualmente consumirán toda su energía vital debido a que no se le estaría dando a luz con la especie correcta y en el ámbito correcto y por eso las crías tampoco sobrevivirían mucho tiempo.— Les explicó.

—N-No... ¡Eso no puede ser!— Sandra exclamó sintiendo que lloraría en cualquier momento. —¡No pueden permitir que muera mi bebé!

—¿No puedes hacer algo con tu magia? ¡No puedo permitir que mi hijo se muera!— Carl igual espetó con desespero.

Kevin sintió que su paciencia por fin había llegado a un límite y se volteó enojado hacia ellos con el coraje impreso en su varonil rostro.

—¿Ahora sí les importa Ben?— Les cuestionó colérico.— ¡Malditos hipócritas!— Espetó también con el enojo atravesando y quemando su garganta.— Hasta hace unos días no era más que basura para ustedes y se atreven a venir y decir que están preocupados por él, ¿No es así?

—¡Me preocupo porque es mi hijo!— Exclamó Carl de nuevo, totalmente rojo debido al calor del momento.

—¡No pareció serlo cuando le gritó todo lo decepcionado que estaba de él!— Kevin le reiteró.

Carl y Sandra estaban a punto de debatir nuevamente con Kevin cuando un nuevo alarido de dolor por parte de Ben les recordó a todos cuál era la verdadera posición en la que se encontraban.

—En otro momento terminaré de decirles todo aquello que merecen.— Kevin aclaró. —Pero por ahora lo único que merece la pena es salvar a Ben a como dé lugar.— Su vista bajó hacia el castaño en sus brazos y se aseguró de apegarlo lo mejor posible a él para que sintiera su apoyo.

—Por eso no hay que perder tiempo, puede haber una manera de ayudarlo y debe ser ya.— Verdona tomó el mando inmediatamente después de ver la clara pérdida de tiempo de los padres de su nieto al discutir.— Kevin, lleva a Ben a la base de plomeros, si los transporto podrían haber más complicaciones, nosotros los veremos allá.—Kevin asintió ante aquella orden y salió apresurado de la casa de los tíos de Ben. No se daba cuenta que debido a toda la conmoción en ningún momento se había deshecho del blindaje.