8.Conociendo a Lya

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Capítulo 8

Lya:

Mi casa no quedaba muy lejos de ahí, era un barrio común y corriente, no era de gente rica, pero tampoco había pobreza extrema, camine unas dos cuadras, me sentía un poco apenada por mojar el carro de Shawn y porque me trajo hasta acá, según él su casa no quedaba muy lejos.

Revise mi celular y encontré un mensaje de Ian

"Espero que haya estado bien tu primer día de clases, serás la mejor maestra del mundo"

Me hizo sonreír, Ian era mucho más que mi mejor amigo, era mi alma gemela, podría derrumbarse el mundo y el estaría a mi lado y yo a su lado.

Le respondí

"Fue un día chiste ¿Recuerdas al que me atropello? Al parecer estamos empezando una amistad"

"tenemos que vernos" ―me contesto en menos de un minuto

"Tengo que ir a casa, más tarde paso a la tuya, te amo"

"te amo más" ―Me llego el mensaje cuando estaba abriendo la puerta de la casa

Al entrar lo primero que vi fue a Annie jugando en el piso con una muñeca vieja y en la sala estaba Ricky viendo bob esponja en la televisión.

―Lyaaaaaaaaa ―Annie fue corriendo hacia mí para abrazarme

―Hola princesa ¿Cómo estás? ―Le dije a Annie viendo que estaba sucia

―Tengo hambre ―dijo con tristeza ―Desayune lo que nos dejaste, pero Ricky se comió la mitad de mis hot cakes, después intente comer cereal pero ya no había, solo estaba la caja vacía.

―Ricky―Le dije por encima del volumen de sus caricaturas ―Hey ―Me acerque a el ―¿No han comido nada?

―Te estábamos esperando ―Dijo sin quitar los ojos del televisor

―Ya y ¿si no llego nunca?

―Nos morimos de hambre ―dijo despreocupado

Y tenía razón, podrían morir de hambre si yo no estoy ahí para ellos. No nos hacía falta el dinero, papá nos dejó un seguro que cubriría por lo menos unos 7 años más, pero no era la falta de dinero lo que podría matar de hambre a mis hermanos, si no mi madre, su propia madre, jamás se paraba de la cama más que para ir al baño y hacerse comida solo para ella y/o Alfred, solo cuando se acordaba les daba un poco de esa comida a los niños.

Ricky siempre fue un niño bueno, hacia caso de todo y nunca protestaba, ahora estaba en los principios de la adolescencia cuando eres rebelde y no le haces caso a nadie y era yo la que iba a tener que soportar todo eso.

―Okay, que tal si les preparo algo lindo mientras se van a bañar

―No hay agua, la cortaron porque no pagamos ―Me dijo Annie

―Y la luz esta por vencerse también ―dijo Ricky sin apartar la vista del televisor

―Bien, les hago de comer, de ahí voy a llamar a Ian para que me acompañe a pagar el agua y la luz.

― ¿Puedo ir? ―Annie me miro con los ojos más tiernos jamás vistos

―Claro ―Le sonreí ―y tú también si quieres Ricky, podemos comprar un helado.

El ni siquiera se movió.

Mis hermanos amaban a Ian como un hermano más e Ian los amaba a ellos igual (tal vez porque él nunca tuvo hermanos)

Prepare huevos con tostadas y pude hacer que Ricky se sentara con nosotras a comer. Para cuando Ian llego ya habíamos terminado. Limpie a Annie de sus manchas de tierra que tenía en la cara y fuimos a hacer lo que debíamos

Íbamos en el carro de Ian escuchando música

― ¿Ian me compras un helado? ―Le pregunto Annie desde la parte trasera del auto, era innecesario ya que siempre que estaban juntos Ian podía comprarle el mundo entero a Anabelle si ella se lo pidiera.

―Déjame pensarlo ―hizo un gesto de estarlo pensando ―Solo si me prometes una cosa

―¡SIIIIIIIIIII!

―¿Por qué dices que sí, si ni siquiera sabes que te pediré? ―Ian estaba sonriendo

―No me pedirás nada malo, me amas ―Dijo Annie con mucha seguridad

―Sigue siendo la misma niña de siempre Ann.

―Lo prometo ―Dijo ella sin pensarlo

Ojala pudiera cumplirlo, Anabelle era una niña de 8 años con muchos sueños, quería ser bailarina profesional, era la niña más madura que conocía y la más bonita, tenía la cara llena de pecas, unos ojos azules tan claros como el mar y el cabello rubio con rizos, Ricky era la versión masculina de Annie. Ellos habían sacado más los genes de mamá y yo era la que había sacado los genes de papá con el cabello castaño y ondulado y los ojos verdes, cualquier persona diría que Annie y Ricky son más hermanos de Ian que míos.

Eran las 5 de la tarde cuando habíamos terminado de pagar la luz y el agua, pasamos por el helado y después pasamos al supermercado a hacer la despensa 

Íbamos por el pasillo de lácteos agarrando a Ann cada uno de una mano y haciéndola saltar para no pisar las líneas del piso, cuando vi que alguien venía de frente a  mí con un carro de supermercado lleno de cervezas y frituras

―Lya, hola

―Hola James ―dije sonriendo y mire en dirección a su carro de despensa ― ¿te vas a comer y tomar todo eso tu solo?

―nooooo―dijo rascándose la cabeza ― tenemos una fiesta esta noche, eh ¿Por qué no van?

―Ahí estaremos―Dijo Annie ―¿de qué sabor será el pastel? Y ¿Quién es el que cumple años? ―volteo a verme ―debemos comprar un regalo ―volteo a ver a James ―Por cierto soy Annie

―Yo soy James― sonrió nervioso ―A decir verdad preciosa, la fiesta es para gente adulta

―Lo entiendo ―Annie sonrió con tristeza

―Eh, pero prometo que pronto hacemos una para el cumpleaños de mi hermanito y serás la invitada de honor

―Bueno ―le regalo una sonrisa ―estaré esperando la invitación eh.

―Y bien chicos, ustedes si pueden ir a la fiesta

―Es lunes―dije dudándolo

―Y mañana martes ¿y eso que? ―Dijo Ian

―Pues que tengo que ir a la escuela Ian

―Vamos Lya, hace tiempo que no vamos a una fiesta de gente que no conocemos, será divertido ―Miro a James ―Mándanos tu ubicación por mensaje ―intercambiaron números.

―Los esperamos ahí, no falten ―dijo James despidiéndose ―ah y Annie... ―Volteo a verla ―Te invitare a la fiesta de mi hermanito eeh

Ann sonrío. ―Bye

Y James se fue

Y llegaron mis nervios, porque seguro en esa fiesta estaría Shawn.

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