33.Días buenos

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Capítulo 33

Lya:

Shawn me contó sobre su vida, sobre su pasado, lo mucho que dio por su familia, más bien lo dio todo, su felicidad, su integridad, su seguridad por el bien de ellos.

Me di cuenta que sentía mucho más que amor por este chico, sentía admiración, jamás había conocido a alguien que fuera capaz de entregarlo todo sin pedir nada a cambio.

¿Tendría que tener miedo de Shawn por ser quién era? Tal vez, pero no lo sentí.

Estábamos sentados en frente del mar, el cielo se podía ver más estrellado que de costumbre, las olas eran lo único que se escuchaba.

El rompió el silencio después de un rato.

―Entiendo que... tengas miedo ―me dijo

―No de ti―aclare―tengo miedo de esto que siento, es demasiado fuerte

―Lo entiendo―me miro―me pasa lo mismo, jamás había querido a alguien como te quiero a ti

―¿En dónde estamos? ―hice la pregunta al mar, al aire, al universo.

El me miro confundido, tratando de entender mi pregunta

―¿En la playa? ―dudo

Yo sonreí, de esas sonrisas que casi no se ven, pero ahí están

―Me refiero a... Nosotros... ―lo mire

―Estamos juntos Lya, en mi caso estoy donde sea que estés tú

Mire la hora en mi celular y ya eran más de la 1 am

―Debemos irnos―me levante y sacudí la arena de mi pantalón

Shawn se levantó enseguida

―Te quiero―me dijo

―Y yo a ti―lo mire

―¿Pero?...

―¿Pero? ―no había entendido

―Siento que hay un "pero"

―No lo hay Shawn

―¿Estamos juntos? ―se escuchó muy emocionado

―Digamos que... estamos trabajando en ello

Se acercó y me tomo de las manos

―Contigo vale la pena trabajar en todo

Lo abrece y estuvimos así por unos minutos, hasta que tuvimos el valor de separarnos e irnos.

Me llevo al departamento de Ian, sentí que era muy tarde para llegar a mi casa, no quería escuchar los reclamos de mi madre, hoy no.

En el estacionamiento volví a abrazar a Shawn, queriéndolo proteger de todo, el me abrazo con la misma fuerza, me dio un beso en la frente y espero a que entrara al departamento.

Desperté con el ruido de la regadera, me había quedado a dormir en el sillón, ni siquiera le había dicho a Ian que me había quedado ahí.

Me levante y vi a Ian en la cocina, entonces supuse que ya me había visto y que él no era quien estaba en el baño.

―Buenos días cariño―me saludo ―¿Por qué te quedaste en el sillón?

―No quería despertarte―tome una manzana y me senté ―¿Quién está en el baño?

―André―Ian se mordió el labio

―¿Qué hace aquí? ―abrí mucho los ojos

―¿Cómo que qué hace aquí? Sabes que estamos juntos

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