XVII

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(Pov. Jaime)

Luego de salir del armario me sentía como en las nubes, se me escapaba fácilmente la sonrisa con solo mirar al Nico.

-Miraaa hueooon tiene un chupón -dijo el Yelo apuntando el cuello del Nico.

Estaba tan rojito y además con cara de adormilado, se veía tan inocente.

-¿A donde? Mentira -dijo tapandose la zona.

-Hacete el hueon no mah -dijo el Pesho.

Yo solo podía reír mientras me ponía rojo, él solo me miraba y fruncía el seño amurrado.
La noche avanzaba y casi todos estabamos muertos, el carrete moría lentamente con nosotros tirados a lo largo de todo lo que eran sillas, sillón y piso, el Nico y yo estábamos en el sillón.

-Estoy un poquito curao -dije mirándolo.

-Yo no hueon, como que no me cure en toda la noche.

-Que bueno -dije dándole un beso en la mejilla y luego uno en el cuello.

-No me di besos ahí -dijo riéndose de manera nerviosa.

-¿Por qué no?

-Porque me caliento.

Escuche esa huea y fue cosa automática.

-No debiste decir eso hueon.

-¿Por qué?

-Porque yo igual me caliento.

Le di un beso en los labios, tan solo un piquito.

-Oe conchetume no culeen en mi sillon, pah eso esta la pieza de visitas -dijo el Oscar tirado en el piso con el Pesho.

-¿Me estai diciendo que me la prestai? -pregunte con malas intenciones.

-Si, te la estoy prestando pero ocupen esa, no la mía mira que la mía la pienso ocupar...y pongan pestillo.

-¿Por qué chucha tiene que hablar de esto gritando como chanchos? -dijo el Nico muy rojo.

-Voh callate y ven pah acá -dije levantándolo del sillón y haciéndolo caminar hacia la pieza de visitas.

-Oe pero nooo po, en eso no mah pensai -dijo mientras yo ponía pestillo- siempre pensando en la cochina hueon.

Me voltee viendo su silueta gracias a la luz que entraba desde la ventana.

-Como si voh no quisierai -dije dándole un beso subido de tono.

Al separarse de mi boca suspiro y solo me quedo viendo con una cara media atontada.

-Esto es tu culpa -dijo pegándose a mi cuerpo y a mis labios.

Su lengua se acariciaba con la mía mientras mi rodilla presionaba su entrepierna.

-Sacate la polera -suplicó.

-Callate -dije lanzándolo a la cama y sacándole la polera a él.

Tire un poco de su pelo para besarlo.

-No me trati mal chuchetumare -dijo entre medio de un beso.

-Te apuesto que te calentai mah con eso -su silencio era una afirmación para lo que acababa de decir.

Me deshice de sus pantalones para dejarlo solo con sus bóxer.

-¿Por qué soy el único en pelota?

Me reí mientras me quitaba todo y quedar igual a él.

-Ah ya -dijo con una suave sonrisa.

Los besos lujuriosos continuaron mientras nuestros paquetes, separados por unas finas telas, chocaban entre si.

¿Y si doy un besito? ~JAINICO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora