Capítulo 16 - Final

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Finalmente se había llegado a la Tierra, y se encontraban atravesando la atmósfera de la misma. En pocos minutos aterrizaron la nave en el país de Venezuela, exactamente en la base militar secreta en la que estuvieron con anterioridad; todo había cambiado bastante, la tecnología, el camuflaje, los alrededores... pero había algo o mejor dicho alguien que no cambiaba y quien los recibió alegre: El «tío» de Mademoon, Sam.

- Cuanto me alegra verte nuevamente, Mademoon ¡Mira cuanto has crecido!- Bromeó, recibiendo de manera alegre a su «sobrina».

-Jajaja tío, tu sentido del humor jamás cambiará ¡Es bueno volver a verte! - Respondió la feme, tomando a su tío en sus manos y acercándolo a ella, en forma de abrazo.

-Me alegra verle de vuelta, señor Sam -. Habló Smokescreen, acercándose a ambos.

-Veo que has cuidado muy bien de mi pequeña Moon, que gusto verte de nuevo, Smokescreen.

-Con mi propia vida. Ahora, tengo el gusto de presentar a nuestros hijos -. Expresó el Bot azul con una sonrisa.

-¿Hijos? Smokescreen, me has sorprendido -. Fue la respuesta del militar humano.

-Hay mucho aún que no conoces, tío -. Respondió la fembot con una sonrisa.

Precisamente cuando iban a llevar al lugar a los sparklings, la escena se oscureció, todo había desaparecido.



...



Desperté y observé que me encontraba en un lugar frío y hostil, como no reconocerlo: La Antártida. Me observé, era humana y tenía algunas heridas externas de las cuales había brotado algo de sangre, que ahora se encontraba congelada, había luchado con anterioridad y ahí me abandonaron a mi suerte, tal vez habían pensado que fallecí, pero no era así o por lo menos no aún. Decidí observar mi alrededor y con solo levantar la mirada pude observar a un gigante, un robot, uno azul y que por supuesto conocí: Smokescreen.

Nunca nos vimos personalmente, no estando tú en estado consciente; no hablamos frente a frente, no te miré directamente a los ópticos, jamás fui cybertroniana, nunca tuvimos sparklings y no expresamos nuestros sentimientos mutuamente, me había dado cuenta de que toda esa historia que con anterioridad relaté era solo eso, una historia... todo había sido un vil sueño; había venido a ayudarlos, a los Autobots, por mis propios medios. Robé una nave, llegué a la Antártida y me siguieron. ¿Quienes? Hay que decirlo: La BSSA. Nunca estuve preparada para enfrentarlos y estaba sola, no tenía compañía. Lograron su cometido, me vencieron, a mí y a mis buenos ideales, me doy cuenta de que el mal prevalecerá.

No puedo saber con exactitud si Smokescreen estaba extinto o no, pero era seguro de que en algún momento lo llegaría a estar, pues la única esperanza para salvarlos se había ido. Me acerqué a él con dificultad, parecía estar muy débil y comprendo por qué, años sin obtener en sus sistemas el vital Energon. Tan solo lloré por él, yo había fracasado en mi misión, les había fallado... sobre todo a él.

Me acerqué completamente a él, a su rostro, y planté un corto beso en sus fríos labios metálicos.

Nunca tuve la oportunidad de decirle cuanto lo amo, ya es demasiado tarde, no está, esos... le hicieron esto, pero de nada sirve la venganza ahora.

Nadie sabe que esto es real, está sucediendo, tan sólo yo lo sé y probablemente tú también, Smoke.

Aunque, ahora que lo pienso si tengo aún una pequeña esperanza, porque en realidad es lo último que se pierde, de que nos encontraremos algún día, cuando sea necesario, al otro lado en nuestra vida después de la muerte, así lo creo.
Por ahora solo me dejo llevar por mi lenta extinción material, recostada a un lado de ti, cierro mis ojos y es todo para mí. Pronto te veré, del otro lado, Smokescreen.

-Madeleine Silva, la última esperanza.

Transformers: Mademoon en The Blue StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora