Noveno mes.
Golden estaba siendo mas molesto que de costumbre.
Y a pesar de que antes Freddy era una persona paciente, ahora lo estaba sacando de sus casillas.
— Luego de que esto termine, te voy a matar.
¿Alguien adivina de que estaba hablando Fred? ¿Terminar qué? ¿La relación?
¡No!
¡Porque la escritora es una floja de mierda, están en el bello momento de la cesárea!
— ¿Cómo puede ser que con la anestesia haciéndole efecto sigan hablando? —Pregunto un enfermero mirando a la pareja.
— Ni idea.
Al cabo de unos minutos, Golden ya estaba afuera con las sabias palabras de sus amigos "Calmandolo". Por dios, son Bonnie, Chica y Foxy, lo único que harán es ponerlo ansioso y nervioso.
— Sí tanto te molestamos —Interrumpió Foxy a sus dos amigos.— ¿Por qué no simplemente entraste allí como hombre lámpara qué eres?
— Porque.. —"VAMOS GOLDEN RECUERDA ALGÚN MEME PARA CONTESTARLE"— Porque me da impresión.
— Maricón.
— Entra tú.
— Ñeña ñu.
El poste de luz y nuestro Brillis-kun seguían peleando, ¿Por qué?, porque eran idiotas. Aunque no había razón para esa mala relación entre ambos, lo hacían por manía.
— ¿Cuánto duran las cesáreas? —Bonnie pregunto, a lo que todos voltearon como si hubiera dicho una barbaridad.— Qué miran perros.
— Tres horas. —Chica aseguro sonriendo, y entonces, empezó la disputa entre los cuatro idiotas. Un doctor que paso por allí, y escucho la pelea, solo pensó que eran borrachos esperando que avisen si su otro amigo borracho ya despertó del coma, suspiro y solo los evito.— Por cierto, Golden. ¿Por qué las flores?
— Pues.. son un gesto bonito. —Vaya. Hace cuanto el no tomaba una actitud romántica con su pareja. Un gran ramo con calas frescas y un tulipán que resaltaba justo en el centro, sus amigos traían los típicos globos de "bienvenido" o "baby boy", además de regalos. Bueno, lo usual. Y una pequeña botella con alcohol, porque según Foxy, Freddy debía extrañar eso. A lo que todos aceptaron y lo premiaron como uno de los mejores tíos.
— ¿Y quién será la madrina? ¿Joy o yo? —Chica exigió saber con una sonrisa escalofriante.— A qué seré yo. ¿O no, Golden? ¿¡Seré yo!? ¿¡A QUE SERÉ YO, MEJOR AMIGO!? —Se abalanzo hacía el, y no tendría forma de negarse a esa "ternura", asintió asustado.— Menos mal porque casi exigías un balazo en las rodillas.
— Y nosotros dos compartiremos el título de padrinos. —Agregaron a la vez los otros dos chicos con orgullo, Golden volvió a asentir, sin quitarse el miedo.
Ahora, y con el ambiente mas relajado, estaban hablando de como se sentía a minutos de ser padre, a lo que el respondía que ansioso, pero feliz. Esperaba muy impaciente a que su suegra salga de ese cuarto avisando que el pequeño Nahël nació.
Unos minutos después, tal y como el pensó, salió la castaña sonriente, y con claros signos de haber llorado, el rápidamente se paro, y arreglo un poco su camisa, tomo el ramo y se dispuso a entrar. Tenía algo de vergüenza, por alguna razón, así que tapo su cara detrás de las flores un poco. Cuando llego cerca de la camilla, Joy, quien practicamente era como la hermana de su novio, y por eso estaba allí, dejo un beso en la mejilla del castaño y salió. Ahora, no había nadie mas que ellos y el pequeño bulto entre las mantas. Nahël.
Dejo las flores al lado de la camilla, y con cuidado se sentó al lado de Freddy, quien parecía muy cansado, y aún así, sonreía. Se inclino para besarle suavemente. Al separarse, le dio una pequeña sonrisa, y dirigió la mirada al pequeño.
— ¿Quieres verlo? —Dijo refiriéndose al menor de allí, Golden asintió calmado. Las manos que sujetaban firmemente al bebé, corrieron lo que lo tapaba, para dejar verlo.
Era pequeño. Su y su cabecita estaba decorada con cabellos castaños, además de sus ojitos grises que resplandecían. Estaba calmado, no sé movía mucho, no hacía mas que unos cortos movimientos sus bracitos para librarse de la manta bermellón que lo envolvía. Freddy centro demasiado su mirada en el bebé, hasta que vio unas pequeñas gotitas caer en la manta. Subió la cabeza para encontrarse a su prometido lagrimear.
— ¿Estas llorando? —Pregunto riendo en voz baja. Soltó lentamente a su bebé entre sus piernas, y luego acaricio su cara, secando las lágrimas del rubio.
— Ahh, estoy tan feliz. —Confesó riéndose de si mismo, a lo que el mayor (Sí, aceptenlo, Freddy es mayor) hizo un gesto de tranquilidad.
— Toma, sostenlo, Brillitos. —Golden hizo caso a quien reconoció como Fred, ahora que lo veía bien, era muy parecido a el, su piel era clara, como la suya. Parecía un ángel. Pero vamos, a la noche sería un diablo. — Cantale algo, gorden boi.
— No, que vergüenza.. —Fred puso los ojos en blanco (o en negro, no sé xD) y le sonrió a la cara avergonzada del rubio. Tenía ganas de besarle, así que, cuando se dispuso a acercarse a el, la puerta se abrió escandalosamente.— ¡Mira Freddy, vinieron los pibes!
— ¡¡AAAH!! ¡PERO MIRA ESA COSA PEQUEÑA! ¡ME AHOGO! ¡QUE LINDO ES! ¡QUE ME LO COMO JODERRRRRR! —La primera atacante fue, como no, Chica. Hablando del pequeñín como si fuera un santo en carne y hueso, pero cuando ella se acerco, mamá osa reacciono tirandole con un cojín.
— HSSSS —Arrebato al castaño mas pequeño de las manos de su padre, y lo abrazo con protección.
— Chica, Chica, ¿Nunca te dijieron que no te acerques a las crías de un oso? —Pregunto Foxy con gracia, era increíble que recordaran eso de los osos, zorro, conejo y la cosa indefinida que era la rubia.
— Te voy a dar un navajazo si no te callas.
— Brayan, que haces aquí compañero. —Volvieron los tres idiotas, y los, ahora, padres, suspiraron, Freddy masajeo su sien y Golden río nervioso. Vaya tíos tendría Nahël.