"Y ahora, ¿qué?"
Ninguno de los dos podía decir algo, pues sus cabezas estaban en otro lado, trabajando en imaginar como sería la vida cuidando de un niño a quien llamarían "hijo".
Aunque por pleno orgullo no lo quisieran admitir, tenían miedo.
Miedo, el futuro les daba miedo.
Porque, seamos realistas, aunque con la fortuna de Golden no tendrían problema de cuestiones materiales, ambos querían terminar la universidad.
Ambos iban por el tercer año de estudio, Freddy cursaba medicina y Golden *inserte alguna cosa que estudie, no se me ocurre nada, porque soy piola* y no es como si quisieran dejar los estudios por un primogenito.
- Entonces.. -Murmuro Golden entre la confusión y no saber que hacer, pero no tuvo ninguna respuesta, así que extrañado de que Fred no haga ningún comentario idiota al respecto, subió la mirada, encontrandose a lo que parecía ser Fred muy enojado.
- TE GUA MATAR HIJO DE LA GRAN PERRA AAAAA, NO VAS A VOLVER A RESPIRAR MALDITO. TE VOY A DESFIGURAR LA CARA. -Gritaba intentando rasguñar al pobre chico rubio, quien en cualquier momento saldría corriendo de ese manicomio.
- FRED VAMO A RELAJARNO. QUE NO ES MI CULPA. ¡Además, gritar no va a cambiar nada!
- ¿¡ENTONCES POR QUÉ DIABLOS GRITAS!?- no estoy gritando.
- SI LO ESTABAS. CANTANTE DE PACOTILLA.
- pensé que habías dejado eso..
- PENSÉ QUE TU NO TE TEÑÍAS MAS, PERO TODOS NOS EQUIVOCAMOS EN ESTA VIDA. RUBIO MAL-TE-ÑI-DO.- agh, ¿Me pasas a Freddy?
- ¿Pasarte? ¿Que crees que somos? ¿Un telefono?
- Sí no me pasas con el, juro que cuando no me veas, en la noche, le pondré jabón a los tallarines esos que tanto te gustan.
- ¿De dónde vienes? ¿Argentina? Se llaman Spaghettis, repite conmigo, s-pa-ghe-tthis.
- Separaste las silabas mal.
- AHORA ME VAS A DAR UN SERMON DE CALIGRAFIA.
- Ay dios.
Y entonces, Golden lo supo.Serían nueve largos meses.