XII.

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Misión: Nahël. Primer mes.


— ¡Se durmió! —Grito Golden entrando por la puerta, sorprendiendo a su prometido quien tiro la taza con café, a pesar del dolor que sintió en el pie, sonrió y suspiro relajado.

— Por fin.. —Volteo para ver el reloj, casi las 3 a.m, ambos tenían las ojeras mas notorias que nunca, y sus voces se oían cansadas y rasposas, probablemente una vez que toquen la cama dormirían para quedar semi-muertos. Golden se acerco a el y dejo un pequeño beso en sus labios. Pero ninguno de los dos parecía reaccionar.

— Estoy mas dormido que vivo.  


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— ¿Van a venir al cumpleaños de Clairé o no? —Joy exigía por el telefono, pero el castaño, realmente, estaba demasiado ocupado con los dos ojí-grises, quienes en ese momento, dormían profundo. Hizo un sonido que parecía, y era, un "no". — Freddy, por favor, ¡Es nuestro amigo!

— Y mi ex. —Respondió tranquilamente, acariciando la mejilla del pequeño, quien dormía envuelto con los brazos de su padre.—Bueno, independientemente a eso, no puedo ir ni aunque quisiera. 

— Bueno, pero si lo necesitas, ve a tomar aire. —Sentenció Joy preocupandose por la salud de su amigo, el suspiro sonriente.

— Sí mamá.

— Es irónico que tú digas eso. —Los dos rieron, (aunque Freddy bajo, para no despertar a los Bellos Durmientes que tenía al lado) y Joy luego se despidio y corto.

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— ¿Y cuándo empezará a hablar? —Pregunto inocentemente Carl, una hija de la media hermana de Golden, algo como su sobrina.

— Es muy pequeño aún —Golden sonrió e inclino un poco al bebé para que llegue al alcancé de la niña.—, en unos meses dira cosas como "Mamá", "Papá"..

— ¿Y dirá Carl? —Sus ojos brillaron, con esperanza. Golden solto una pequeña risilla y asintió. La niña parecía mas emocionada que antes.— Tío, ¿Por qué es tan.. chiquito? ¿No debería crecer? —La preocupación invadio a Carl, Golden con una mano acaricio su mejilla, intentando calmarla. Pues sí, la verdad Golden es muy dulce y tranquilo.

— Es chiquito porque es un bebé, nacio hace muy poco. Hace treinta días. En un tiempo será un regordete con mejillas rosas.  

— ¿Y luego se pondra delgado de nuevo? 

— Pues.. no lo sé. Freddy sabe mas de bebés que yo. Puedes preguntarle a el. 

— No sabes nada de tu hijo —La pelirosa miro tranquilamente los ojos grises de su primo, y volvió a los ojos grises de su tío.— ¿Eso es normal?

— Sí tus papás no te hicieron con amor como a mi, sí. No es mi culpa, yo solo quería brillar. —Comenzo a decir con nostalgia, Carl no entendía nada, pero asentía y palmeaba su espalda, mientras que el rubio lloraba falsamente.

— Sí queres brillar tanto —Mamá osa apareció—, quémate a ti, no a los cereales, imbécil.—Golden reconoció a Fred y río intentando desaparecer. 

— ¡No es su culpa no poder brillar! 

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— Yo nunca lloro.

— El día que nació Nahël, lloraste por las serpientes.

— ¡No es su culpa no tener brazos ni piernas, Freddy, pobresitas! —Fred arrebato el control del cuerpo del castaño, y miro fijamente a Golden.

— Escuchame bien, nunca tendre otro hijo tuyo.—Pobres idiotas si pensaban eso.

Los dos se quedaron tranquilos el resto de la tarde, Nahël estaba dormido, era un bebé demasiado tranquilo, por ahora.

— ¿Crees que también tenga Trastorno Multiple de Personalidad? —Ese pensamiento choco la cabeza del rubio, quien se vio demasiado preocupado por eso, no, no. ¿Cómo entendería a su hijo si siquiera entendía a su prometido?

— No es algo que se herede, es un mecanismo de defensa.. —Como siempre, Freddy traía paz a los pensamientos intranquilos del Golden Boy. Quien sonrió y apoyo su cabeza en el hombro derecho de Freddy.

— Los amo —Confeso sereno—, a los tres.  


  




Convivencia en familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora