Rancho Esperanza

Capítulo 2 "Problemas"

"Camioneta" MULTIMEDIA

Juro que la amo, pero me está cansando tanto discutir, no había respiro. Igual me gustaba cuando arreglábamos nuestras discusiones con sexo duro, como a mi chica le gusta, mi prometida. Aunque no estaba de acuerdo con el término "sexo" ya que yo le hacía el amor duro, pero era con amor.

 Estaba en las tiendas comprando nuevas tablas para arreglar las vallas viejas, este sería un trabajo de cansancio, eran alrededores de 650 tablas que cambiar, menos mal que tenemos trabajadores suficiente para ayudar.

 Siempre cobro dinero por mi trabajo también, el mismo que mis compañeros, aunque trabajo en el rancho de mi padre él me trata como otro más, lo cual agradezco ya que no me gustaría tener preferencia por sobre los otros, solo por ser hijo del dueño. Quiero ahorrar para poder pagar una hermosa casa para mí y mi prometida, también planear la boda, yo quería algo sencillo, bonito pero más nuestro, en cambio ella quería que todo el pueblo asista lo cual era innecesario y costoso, pero lo haría por ella, aunque siempre que lo dice la contradigo, nunca le diré que ahorro para lograrlo, quiero que sea una gran sorpresa.

- Bueno muchacho, ya están todas en la camioneta.

- Muchas gracias Don Manuel, nos vemos – Me despedí de él y subí a mi camioneta rumbo al rancho.

 Tenía mucho que hacer, enumeraba las cosas en mi cabeza mientras manejaba, hasta que mi celular sonó con el típico ringtone.

- Hola Janet amor.

- ¿Dónde estás? –Aquí vamos otra vez.

- Estoy yendo a trabajar al rancho ¿Por?

- Dijiste que hoy no ibas a trabajar y venias a mi casa.

- Lo sé amor pero iré mas tarde, las vallas del rancho se rompieron y unas ovejas escaparon, por suerte pudi... - Me vi comúnmente interrumpido.

- Dijiste que ibas a venir, tu padre tiene más empleados, solo te llama a ti – Me reprocha pero es mi padre y el confía en mí.

- Mi amor es mi papá no le negare mi mano nunca, te amo iré mas tarde.

- Sabes que no vengas.

- Pero... Janet no...

- ¡Janet nada! No vengas.

- Ja...

 Me colgó, deje mi celular en el asiento del acompañante. Este tipo de peleas pasaban seguido, pero siempre lo solucionamos. Actualmente estoy viviendo en el rancho con mi familia, así que Janet me visita a diario y me dijo de vivir allí conmigo para estar juntos ya que su casa es muy pequeña, pero somos muchos y quiero mi privacidad, así que comprare la casa de la familia Ramírez que ya se irán a vivir en la ciudad con sus hijos adultos. La casa es amplia de dos pisos, necesita unos arreglos pero nada que no pueda solucionar con mis propias manos.

 Prendí la radio y me puse a cantar mientras manejaba, debía decir que yo no tenía mala voz asi que jamás me arrojaran tomates a la cabeza. Iba plenamente concentrado y cantando cuando mi celular vuelve a sonar.

- Hola buen día -Salude cortésmente.

- ¡Chico! soy Marcos.

- Marcos ya tengo las tablas no te preocupes.

- Qué bien, pero te llamaba para contarte algo – Marcos era así, hombre pero en su interior vieja chusma.

- No quiero saber de nadie más que cometa adulterio por favor.

- No es eso.

- Menos mal sino ya te corto.

- Déjame hablar – Me mantuve callado así ya me cuenta de una vez y puedo manejar tranquilo – ¡Encontramos una pelirroja! – Exclamo con alegría.

- ¿Una pelirroja? ¿De qué hablas?

- Es muy linda pero está embarazada.

- ¿Dónde está?

- Aquí en el racho, parece que se queda – Una pelirroja, no lo creo aquí no hay muchas y todas tienen pelo negro, rubio o castaño claro.

- ¿Cómo que se queda? ¿La conocemos?

- No, pero estaba mal y Don Emilio dijo que se queda – Genial, alguna loca mujer.

- No puede, no sabemos quien es o como...

- Pero es hermosa, su pelo es muy rojo y tiene pecas marrones, no pude verla bien porque estaba desmayada y...

- ¿Desmayada? – Ya no entendía nada.

- Argus cállate, te contare del principio...

Así que pelirroja.