Hoy era la feria, no podía estar de peor humor.
Justo hoy me siento fatal, tomo me da nauseas, me duele la espalda, los pies y tengo tanto sueño. No puede ser hoy, iba a ir con Argus, aunque lo veía bastante nervioso al respecto, ni idea, pero yo no voy.
- Quería ¿Te encuentras mejor?
Fiona entro a la habitación sin darme cuenta, se la veía preocupada y traía una bandeja con comida, nada que mi estomago no vaya a rechazar.
- No Fiona, me siento fatal.
- Come algo, te hará bien.
- No por favor, no puedo ni ver eso que me dan nauseas.
- Pero niña desde ayer en la noche no pruebas bocado, les hará mal.
- No puedo – Le dije con lagrimas, me ponía mal pensar que le afecta a mi bebé.
- Está bien, yo me quedare contigo.
- ¡No! Tú tienes que ir a la feria, estabas tan entusiasmada.
- Para nada, siempre fui todo es igual.
- No te quedes conmigo eso me haría sentir falta.
- Lo pensare.
- Pe...
- Shh... pequeña me voy a hacerle el desayuno a los demás, vengo luego.
Cuando Fiona salió, simplemente cerré mis ojos y no me entere de mas, dormí plácidamente.
- Kass... despierta, ángel... vamos...
Sentía como acariciaban mi cara y había un peso en la cama, al escuchar esa palabra ya sabía quién era, así que rodé a su lado y lo abrace a su cintura para seguir durmiendo, escuchando claramente como reía.
- No querida nada de dormir, te traje de comer... vamos levántate ya es tarde.
Sin más abro forzosamente mis ojos y lo miro.
- Umm...
- Levántate ángel, te traje algo muy liviano para que comas.
- ¿Qué hora es? – Pregunto mientras me siento en la cama y observo por la ventana que ya es de noche.
- Son pasadas las nueve –Dice mientras pone una bandeja sobre mis piernas.
- Dormí mucho.
- Muchísimo, cuando Billy vino por Amanda le pregunte que podía pasarte, dijo que era normal que estés cansada en esta fase del embarazo, pero también que necesitamos llevarte a un hospital para ver el tiempo de gestación del bebé y controles habituales.
- Umm.
- Te traje avena con frutas, es muy suave.
- ¿Los demás se fueron?
- Todos se fueron, Fiona quería quedarse contigo pero como me vez le gane y me quede yo – Dijo con una gran sonrisa.
- ¿Comes conmigo?
- Solo si me dejas alimentarte.
- ¿Qué? – Seguramente estaba roja otra vez.
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Rancho Esperanza
RomanceHay veces en las que deseas escapar, correr y esconderte. Y eso fue lo que ella hizo, huyo del mal que ponía en peligro no solo a ella, también a su bebé no nacido. Kassia está embarazada, en una relación enfermiza, golpes y violencia es lo que...