Solo quiero verla feliz, eso me pone de buen humor ¿Es malo eso?
Estaba llevando a Kassy a mi punto, el lugar al cual amo, que nunca le mostré a nadie porque me gusta ir solo yo y estas ahí sin distracciones, la estoy llevando, en mi caballo, el cual nadie más que yo monto, estoy tomando su cintura, cuando solo tome cintura para bailes, estoy oliendo su cabellos, encantándome con su olor, cuando solo ame el olor de mi propia madre.
Estoy siendo yo, estoy feliz y no puedo explicarlo.
Lo que causa este pequeño cuerpo pegado al mío, es más de lo que eh sentí en toda mi vida.
Llegamos a mi colina con Kass, y ella mira asombrada como los campos se extienden a lo lejos, mas lejos de lo que podríamos llegar con nuestra vista.
- Esto es hermoso, Argus – Toma mi mano sombre su sintiera y entrelazo mis dedos con los suyos.
- Y aun falta lo mejor – Digo en su oído– Mira.
Kassy levanta la mirada y un sonido de asombro sale de su boca, es el momento justo, el sol bajo tanto que los ultimo rayos se dejan ver, como si el campo terminara y el sol se oculta tras ella, tiñendo de colores las pequeñas nubes a su alrededor.
- Argus mira, mira – Decía emocionada.
- Estoy viendo ángel.
Ella me miro sorprendida, me quería morir me escucho, lo dije sin pensar, per paso cuando me sonrió, sus ojos verdes brillaban no pensé en nada más.
Ya era tarde, mis labios estaban pegados a los de ella, tardo unos segundos pero me respondió el beso, me sentía único, esos labios suaves, su calor, quería toda Kassia. Nuestro beso perduro largo tiempo, nunca hubo contactos de legua, este beso era el más puro de corazón que di en mi vida, y ella me recibía, abrace mas fuerte su cadera y ella tomo mi brazo aferrándose.
Nuestro beso se corto pero ya nada sería lo mismo, ahora si sabía que Kassy sentía lo mismo, mi ángel me quiere.
- Yo...
- No digas nada – Le dije sujetándola más, tomando su estomago sintiendo un movimiento.
- ¡Se movió! – Exclamo con alegría Kassy.
Acerque más mi mano a su panza y volvió a patear, mi sonrisa no podía ser más grande y ella estaba muy feliz, este pequeño sería muy fuerte.
- No lo había hecho nunca, por dios.
- ¿Enserio?
- Si, espere tanto el sentirlo – Lagrimas caían por sus mejillas, pero sabía que eran de felicidad.
- Es fuerte.
Con mi mano limpie sus lágrimas y toque sus labrios, para acercarme y darle un último pico antes de separarnos y sonreír hacia su panza.
Definitivamente lo que Kassia consideraba suyo, quería que se transformara en nuestro.
La quiero y ella a mí, ya no hay nada que pueda frenarme.
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Rancho Esperanza
RomanceHay veces en las que deseas escapar, correr y esconderte. Y eso fue lo que ella hizo, huyo del mal que ponía en peligro no solo a ella, también a su bebé no nacido. Kassia está embarazada, en una relación enfermiza, golpes y violencia es lo que...