El fantástico caso del hombre que salió de una maleta: Final

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Newt Scammander miraba nervioso a su alrededor mientras cambiaba su peso de un pie a otro.

Había amanecido soleado, algo bastante inusual en aquella época del año y se sentía emocionado de que la mañana diera tregua en un día tan especial cómo hoy.

Multitud de gente se congregaba en aquel lugar, deseosos, igual que él de ver como llegaba la novia.

Tú.

Quedaban pocos minutos para qué cumpliera la hora para empezar  la ceremonia, y Newt esperaba de corazón que no decidieras esperar hasta el final para cruzar la puerta, vestida de blanco y del brazo de tu padre a quien tanto tuvo que demostrar cuanto te amaba.

Y ahí estaba él, deseoso de verte, de tomarte de la cintura y decirle al mundo entero que te cuidaría hasta el final de sus  días, que pensaba protegerte por encima de todo y que no existía en el mundo magia suficiente para cambiar sus sentimientos por ti...

Todo ésto pasaba por su mente justo en el momento que apareciste:

Con un precioso vestido de novia, tu cabello bellamente adornado con flores y tu rostro maquillado de lo más natural . Sonreías maravillada por el momento, pues estabas a punto de realidad uno de tus sueños más ansiados.

Mirarste nerviosa a tu futuro marido, que desde el otro lado te miraba con una mezcla de emoción y nervios, y ahogaste una pequeña risa al ver que ambos os sentíais igual en aquel momento.

El camino que os separaba se fue acortando mientras caminabas hacia el altar, ante los ojos de familiares y amigos y te permitiste el lujo de ver lo elegante que iba Newt ataviado de traje.

Generalmente solía ser formal a la hora de vestir, pero nada podía comprarse con un traje de novio:

Bien afeitado y peinado y con esa mirada que te derretía, nostaste como conseguía ruborizar tus mejillas.

Parecía mentira que a esas alturas aún te sintieras cómo una adolescente.

Al llegar al altar miraste a tu padre que te besó en la frente, y éste, antes de ir a su sitio, miró a Newt con ojos de aprobación.

Te pusiste al lado del joven, que te ayudó tomando tu mano, y acercó sus labios a tu oído para susurrarte.

-Estás deslumbrante...

Te sonrojaste una vez más, notando cómo el calor subía a tus mejillas, mientras que Newt sonreía tímidamente entrelazando sus dedos con los tuyos.

-Estamos aquí reunidos para unir a Newt Scamander y a _____ ______ en santo matrimonio...

El cura empezó a dar el sermón mientras tú tratabas de seguirle el hilo. Las iglesias siempre te habían parecido hermosas aunque siempre soñaste con una boda más informal...y sería engañarse el no admitir que nunca fuiste muy de ir a misa.

Pero aún así estabas ahí, preparada para dar el "Sí quiero" al mejor hombre que habías conocido y sin duda al único que habías amado de ese modo...

Puede que no fueras de ir a la iglesia, pero por casarte con Newt estabas dispuesta a viajar hasta el fin del mundo.

La ceremonia transcurrió hasta el momento de intercambiar los anillos y pronunciar los votos.

Newt apretó la mandíbula cómo solía hacer cuando estaba muy nervoso y, tomando tu mano con delicadeza puso el anillo en tu dedo anular.

Yo...eh....has de saber antes de nada que no he preparado que decirte en éste momento, ya que sabía que las palabras nacerían solas con sólo mirarte a los ojos. En este tiempo que hemos pasado juntos he aprendido y crecido como persona, pero lo que más valoro de haberte conocido es el tiempo que me has regalado. Has estado a mi lado cada día, tratando de entender mis dudas, haciendo me feliz con tu sola presencia y llenado mis días de felicidad...ahora...te tomo por esposa y te aseguro que los días que me queden pienso vivirlos a tu lado, respetandote y cuidando de ti en todo momento...porque eres lo qué más amo en éste mundo....

Tu corazón palpitaba tan fuerte que apenas eras capaz de controlar tu respiración.

Con dedos temblorosos tomaste el anillo y su mano para ponerlo en su dedo y esperaste que tu voz no temblara al pronunciar tus votos:

Newt...el día que encontré tu maleta jamás imaginé cómo podría cambiar tanto mi vida. Has hecho de mi una gran mujer y día a día has tenido la paciencia y la tranquilidad de mostrarme la vida a tu lado, enseñándome cosas nuevas y haciéndome feliz...me siento cada mañana afortunada de tenerte a mi lado...y deseo que sea así hasta el final de mis días, prometiendo ante todos que seré  fiel, que te ayudaré en todo momento y trataré de ser la mejor compañera para tu vida...

El cura sonrió ante vuestras palabras mientras en la Iglesia reinaba el silencio por la emoción.

-Y dicho esto, y por la gloria de Dios ante sus ojos, yo os declaro marido y mujer. Puedes besar a la novia.

Ambos sonreisteis y ante todos os fundisteis en un tierno beso que sellaria vuestra unión para siempre.

Momentos: Newt Scamander y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora