Astrod el lunático

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Cuando Astrod se transformó en dragón ante Lenoder y Ménethor en la montaña caída, se fue de dicha montaña y voló. Mientras volaba y se alejaba cada vez más, mejor reconocía el lugar de el que huía, la montaña caída. Iba recuperando la conciencia y se dio cuenta de porque se había escondido allí. Miró hacía abajo y vio que se encontraba en el reino de Laurien. Esta vez no se iba a esconder, se iba a enfrentar a Laurien. Iba hacía el castillo lo más rápido que podía que no era mucho y antes de llegar cayó al suelo. Luego se transformó en humano y agotado se escondió en unos arbustos, donde se durmió. Estaba desnudo y no podía caminar así que corrió hacía la ciudad, pero había muchos guardias. Algunos le vieron, pero el logró infiltrarse en la ciudad. Robó unos ropajes que encontró en un lavadero y luego buscó una casa abandonada. Vivió allí un tiempo robando alimentos de la ciudad y descansando. El día que Lenoder asesino al rey Ruthiel, Astrod se vio con fuerzas para matar a Laurien y fue hasta el castillo. Antes de entrar en el castillo pasó por un cuartel de la guardia. Allí había un guerrero hablando con otro.

-¿Has oído eso de que un dragón hace poco sobrevolaba los cielos de Romaliz? Vaya estupidez. Laurien ha dicho que si lo vemos lo metemos sin pensarlo antes. Dragones en Romaliz de nuevo vaya estupidez.

-Pues yo me lo creo. Rotis me ha dicho que lo había visto. Es de fiar.

-¿Tío, de verdad crees eso? Rotis se inventa lo que sea con tal de... ¿Qué es eso? (Dijo señalando a Astrod)

-Eh tú, tipo alto. No puede estar aquí.

Astrod agarró al guerrero más cercano del cuello con una mano, le levantó y lo golpeó contra el techo haciendo que el cuello rompiera. Luego cogió la espada del guerrero muerto y se la clavo al otro. Todo esto lo hizo rápidamente.  Astrod se vistió de guerrero y entró en el castillo. Astrod iba muy encorbado para parecerse más al hombre por el que se hacía pasar. Ese guerrero con suerte para Astrod tenía una voz parecida a la suya y era bastante alto.

Logró llegar al lado del trono de Laurien y ella que se dirigía a sus aposentos a descansar dijo: “Vosotros dos acompañarme, hace días que ya no estoy segura" Dirigiéndose a Astrod y a Udrok que era el general de la guardia, era alto y grande y usaba un mangual o comúnmente conocido por el nombre de Maza de cadena, era una vara encadenada que finalizaba con una maza de púas. Astrod y Udrok se encontraban en la puerta de los aposentos de Laurien mientras ella dormía.

-Voy a entrar. Para ver si está bien.

-Ya has hecho esta guardia conmigo antes Sinof, ya sabes que no podemos pasar.

-Me ha parecido escuchar algo. Entraré a ver que sucede. Tu quédate por si hay alguien e intenta escapar.

-Yo no he oído. No vamos pasar.

-Maldita sea, esta dormida, indefensa voy a pasar Odrik.

-Ese no es mi nombre. ¿Quien eres tú?

Astrod se transformó en dragón y atravesó la pared y se puso delante de Laurien la cuál estaba en su cama. Había despertado. Ella tenía una espada bajo su cama la cogió y golpeó con ella a Astrod.

-¿Qué haces aquí dragón?

-Sabes que soy. Soy un krancos y  también se que eres tú. Una asquerosa que traicionó a su raza si dijese a los que te seguían en la guerra de las razas lo que hiciste te matarían, al igual que yo ahora.

Udrok golpeó a Astrod en la cabeza mientras unos arqueros le disparaban en la cabeza y Laurien clavaba su espada en su ala derecha. Finalmente Astrod dejó su aspecto de dragón y allí cansado cogió una espada que encontró en el suelo y luchó espada contra espada contra Laurien.

-Que nadie luche, yo me encargo.

-Te vas a arrepentir de eso. Antes de que me mates le diré a estos guardias lo que hiciste. Laurien hace años viv...

Laurien logró atravesar el pecho de Astrod y luego le cortó la cabeza. En ese momento entró Fárazan.

-Fárazan, amor mío. Se trata de Astrod el krancos,  lo he matado.

-Vamos a un lugar privado. ¡Limpiar esto!

Y eso hicieron tanto los guardias como Laurien y Fárazan que fueron a un lugar mas privado para hablar.

-Venía de camino cuando vi desde fuera de la ciudad cómo caía tu pared.
-Eso no me importa, en una semana volverá a estar como antes.

-Ahora los guardias saben que has hecho algo horrible. Tendrás que explicarlo.

-No hay nada que explicar. Udrok por ejemplo es leal y los demás si quieren saber algo. Les mataré tenemos más hombres ahora que tenemos al ejército de Enother. Se creyeron que su rey quería esto. No conocían a su rey.

-Son hombres igualmente. Los necesitamos. Se está preparando una guerra,  lo presiento. 

-Si por eso he enviado a matar a orcos por el reino. No donde hay muchos sino los que van en pequeños grupos.
Como el del otro día en el bosque de Sacul.

-Bueno, te amo y nunca dejaré de hacerlo. Si te piden una explicación debes dársela.

-Se la daré, pero solo si te quedas aquí.
-No puedo en éstos momentos, tengo que ocuparme de unas cosas en mi reino.

-Acaba rápido y luego ven conmigo

El mensajero de las leyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora