La locura de montaña

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Tras lo sucedido en la cueva Lenoder y Ménethor intentaron descansar, sin mucho éxito ya que no paraban de pensar con leyendas relacionadas con los dragones. Lenoder sobre todo pensaba en la de la bestia que habia destrozado el reino de Íbata .

Hacia la media noche Lenoder no paraba de escuchar los ronquidos de Ménethor, cuando un fuerte rugido le hizo levantarse, Lenoder salió a la entrada de la cueva con el hacha desenfundada, al volver escuchar el rugido, buscó de donde provenia. Tras unos minutos de busqueda Lenoder encontró un oso el oso enfurecido fue rápidamente a atacar a Lenoder. Lenoder cogió el escudo y fue parando zarapazo tras zarpazo, hasta que el oso derrumbó a Lenoder y dejando el escudo fuera de su alcance. Lenoder asustado lanzó su hacha sin éxito ya que solo le había rozado la oreja derecha al oso, dejando el hacha perdida en la profundidad de la montaña. Cuando Lenoder pensó que estaba perdido, Ménethor lanzó dos flechas a tal velocidad que fueron capaces de atravesar la piel del oso dejándolo tumbado en el suelo sin vida alguna.

Ménethor ayudó a levantarse a Lenoder.

-Lenoder,¿Estás bien? Ese oso era un Órguk son dos veces más fuertes que un oso pardo y dos veces más grande que culaquier otro oso que hayas visto, además de que siempre atacan no hay forma de que no lo hagan.

·Interesante dato, pero creo que es innecesario ya que casi me mata.

-Tranquilo mi asustado amigo, solo te quería ayudar, eso es lo que hago con los niños asustados.

-¿Niño? ¡Pues este niño dejará de llevar a rastras a un inválido hasta el reino de Idirian.

-Aunque este casi sin poder andar no significa que no pueda derrotarte. ¿Te crees especial por ser el último Ibato? Pues prepárate porque ahora dejaras de serlo.

Lenoder recoge su escudo y cubre parte de su cabeza y el extremo derecho de su pecho, mientras Ménethor coge una flecha de su carcaj y la pone en su arco. Lenoder empieza a correr hacia Ménethor mientras él lanza una flecha que acaba rebotando en el escudo orco, Lenoder golpea a Ménethor dejándolo en el suelo. Cuando cae desenfundada su maza, se levanta y golpea una y otra vez el escudo de Lenoder. Ménethor viendo una parte de su cuerpo que no está cubierta por el escudo localizada en el pie hay le da con la maza dejando caer a Lenoder sobre una roca golpeandose la nuca y quedando inconsciente.
Ménethor iba rematarlo cuando vio aquel cuerpo inocente entonces recordó que Lenoder no era así y el mismo tampoco.

Ménethor aún cojeando cogió a Lenoder de los brazos y atravesó la montaña caída con Lenoder a rastras. Al atravesar la montaña encontraron por fin el camino que le llevaría al reino de Idirian. De camino Lenoder se despertó y se levantó sin problema alguno.

·Ménethor, yo... no se que decir, no era yo mismo.

-Tranquilo, al igual que tú yo no era yo. Era la montaña caída que nos controlaba. Sólo estuvimos allí un día y ya enloquecimos. Imagínate lo que tuvo que pasar Astrod que llevaba décadas.

·Me has llevado hasta, pero nl están las provisiones.

-No pude cogerlas, no sabía si podía echarme allí mucho más tiempo sin enloquecer. No pasa nada estamos a medio día de llegar a la ciudad. (Exclamó Ménethor tosiendo)
Alli nos darán cobijo, alimento y el ejército que necesito.(Ménethor vuelve a toser)

·¿Te encuentras bien? Debes llevar andando conmigo a rsatras duramte un día entero.

Del camino salio una voz interrumpiendo a Lenoder.

-Vosotros ¿ Qué hacéis aquí, y quien os envia?

El mensajero de las leyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora