El mensajero de las leyendas

Otoño

-Las hojas de aquel viejo árbol caían, confirmando así que se acercaba una época más fría y más oscura. Entonces algo sucedió uno de los árboles no dejaba caer las hojas, el fuerte viento lo golpeaba, pero el árbol se negaba a acabar con el verano y empezar otra. Eso provocó la ira de Vika y decidió enviar a una especie la cual pudiera hacer que soltara las hojas, envió a muchas especies pero ninguno lo conseguía. Entonces Saulem decidió unirse a la causa de Vika y juntos crearon a una especie que podía sacar las hojas de ese árbol. Esa especie era el ser humano, el humano no intentó convencer al árbol sino que fue directamente a arrancarles las hojas. El árbol estaba enfadado y con una de sus ramas lanzó al ser humano muy lejos. Y hasta día de hoy ese árbol tiene esas hojas y jamás las soltó, porque no quería que el verano acabase.

-¿Por qué me cuentas esto, Muther?

-Nosotros, todos nosotros somos ese árbol y Vika y Saulem que aveces son malévolos son Fárazan y Laurien. Van a intentar matarnos ya lo hicieron conmigo hace años guardias de Fárazan me intentaron matar, pero bueno tu ya lo sabes Roco, estabas allí.

-Es una metáfora muy currada, debemos enfrentarnos a Laurien, pronto.

-Ten paciencia, con la ayuda de Toc-Roc y Ayis ganaremos la batalla.

-Ya pero tú tienes un ejército, podemos ir a Romaliz y empezar la guerra.

-No es seguro hacer eso, además yo no tengo un ejército. Cada uno de nosotros está aquí porque quiere, yo también era como todos ellos antes, pero cuando casi me mataron, supe que hacer. Fui a hablar con el resto de rebeldes, di un gran discurso, al parecer nuestro líder había muerto así que me nombraron su líder. Pero yo no me veo así, me veo como su líder, sino como su portavoz.

-Esperaré, todos junto, no dejaremos que nos arranquen las hojas no dejaremos que se acabé el verano jamás llegará el Otoño.

En Romaliz ese mismo día se había convocado una reunión donde Laurien debía explicar lo que Astrod el lunático había dicho. Claro está la reunión se convocó porque la gente lo había pedido. Allí se encontraba Laurien ante todo su ejército con Udrok a la derecha el cuál no le importaba lo que Laurien hicese en su pasado y sin Fárazan que estaba en su reino resolviendo unos problemas.

-Buenos días guardias de el reino bello, hoy nos encontramos aquí para hablar sobre lo que dijo Astrod antes de morir. Dijo que había traicionado a mi especie y que si supierais lo que hice jamás seriais mis guerreros.
No traicioné a mi especie, aunque él crea todo lo contrario durante la guerra luché siempre junto a los humanos, si no lo creen, pregunten a la gente más anciana o a Fárazan. Hoy estaría muerta por el envejecimiento o por algún asesinato si no estuviera siempre con los humanos. No me darían un reino y la vida eterna si no fuese leal a mi especie. Lo que si sé es que pronto habrá una guerra y necesito a mis guardias, más fuertes y más valientes que nunca, si perdemos todo por lo que luché hace años habrá sido en vano. ¡Por eso digo que vuestra confianza es esencial para la batalla...!

Días más tarde Fárazan llegaba a lomos de su águila. Fue hasta Laurien lo más rápido que pudo en incluso aterrizó frente al castillo.

-Laurien, amor mío. ¿Estás bien? Has acabado con esas bestias.

-¿Qué bestias? No ha habido ningún peligro estos días.