El cielo estaba nublado, pronto llovería, las lágrimas corrían por las mejillas del chico de cabellos castaños, su amado chico estaba sobre una camilla, temía por su salud como también temía por su familia.
¿Era así todo el tiempo?, ¿tendrian que vivir con personas intentando revanarles el cuello?, ¿tendrían que aguantar todo eso?, el miedo corría por sus mejillas en forma de lágrimas, lágrimas pequeñas y saladas que rodaban por sus mejillas sonrojadas, salían de sus ojos hinchados y terminaban sobre algún sitio de su cuello o ropa.
–¿no podemos ser felices?– susurro el chico tomando la mano de su amado –¿ acaso tienes que morir o tengo que hacerlo yo?
Las máquinas monitoras sonaron levemente, la mano de su amado apretó la suya con debilidad, tenia tanto miedo como él, pero prefería hacerlo sentir seguro.
–la bala te daño mucho, casi te desangras– murmuro el chico, sabia que su amado no podría contestarle, pero no quería dejarle. – estamos bien– susurro dejando caer su rostro contra la acolchonada camilla, las lágrimas aun caían por su rostro pero poco le importaba.
Las horas pasaban y el par de chicos seguían hay, uno llorando silenciosamente mientras el otro era un peso muerto sobre una camilla acolchonada, aun no podían creer todo lo que habían pasado, el tiempo les jugaba en contra a ambos, tanto por que la policía esperaba impaciente a tomar al menor de los chicos para llevarlo a interrogación y también por la salud del mayor, estaba en un hilo delgado que lo separaba tanto de la vida como de la muerte, no lo quería dejar ir, pero tampoco podía obligarlo a quedarse.
Las cosas eran simples, vivías o morías, mueres no vuelves a ver a tu familia e hijos y estarás solo en un lugar que no conoces, teniendo miedo de no volver con tu familia, si vivías tu cuerpo seria un revoltijo de dolor y heridas tanto externas como internas, verías poco a tu familia por estar en recuperación, pero verías nacer a tu hijo, tu hijo el cual tu amado chico llevaba en su cuerpo, también verías a tus hijos crecer y ser felices, envejecerías y moririas... Moririas con la conciencia limpia al saber que te moriste habiendo cumplido todo lo que deseabas.
La máquina se volvió loca, el menor alzo su vista al mayor el cual apretaba su mano con fuerza, comenzó a gritar con desespero llamando a algún enfermero, doctor, lo que sea para ayudar al mayor, las lágrimas corrían más y más rápido mientras los gritos histéricos se escuchaban por toda la habitación.
Pronto unas personas con batas blancas entraron a la habitación, dos hombres tomaron al chico de los hombros y lo apartaron con delicadeza llevándolo a la puerta.
–¡Lo perdemos, traigan el electro shock!– un doctor grito arreglando las mangas de su bata para poder trabajar mejor.
–¡TOM!– el menor gritaba desesperado al verlo hay, el chico que lo sostenía intentaba calmarlo mientras el otro miraba a la camilla.
–¡No dejare que se vaya, rápido! – un hombre llegó con la maquina y despejó un poco la camilla.
–¡uno, dos, tres, atrás! – grito posando ambas manillas en el pecho del chico.
~ unas horas después ~
Tord miraba la puerta en silencio, las lágrimas habían parado y el cansancio estaba inundando su ser, los niños se habían ido con el hermano menor de Tom, mientras los padres del nombrado y los de Tord estaban hay, consolándose mutuamente.
Un anillo de oro descansaba sobre las manos de Tord, sus ojos inexpresivos miraban la puerta esperando por Tom, lo necesitaba, sus ojos ya no podían estar más rojos e hinchados, lágrimas no quedaban y estaba seguro que caería en un sueño profundo, el anillo rodaba por sus manos mientras sus dedos lo movían despacio y sin apuros, tenia miedo y angustia.
ESTÁS LEYENDO
Red and purple || TomxTord|| ( SEGUNDA TEMPORADA DE INFANCIA )
Hayran KurguA pasado tanto tiempo de lo nuestro... es gracioso, ¿Tord?, estas tan grande y lindo, nuestros hijos quedan muy bien ... son tan parecidos a nuestros padres, es gracioso ver como Tori se parece a Mamá Edd... y como Torm es tan parecido a tu mamá, pe...