Violeta
Al abrir los ojos, noté a Julieta entre mis brazos y no pude evitar sonreír de felicidad, sin moverme mucho me bajé de la cama antes de que entraran las enfermeras a regañarme. En ese momento recordé las palabras de Roxana y un sentimiento de enojo me invadió completamente, Julieta ya me tenía a mí y no necesitaba que ni ella ni su familia la cuidaran en su casa.
Se podía quedar en la mía, o yo en la casa de Julieta, pero tenía que actuar rápido si no quería que llegara Rox en la tarde y se la llevara. Salí a preguntarle a los doctores si consideraban que ya me la podía llevar, afortunadamente me dieron la autorización y la dieron de alta con su receta de analgésicos.
Violeta: ¿Quieres que te lleve a tu casa o te quieres quedar en la mía?
Julieta: Pues, creo que en la mía, necesito cambiarme de ropa.
Violeta: De acuerdo, entonces espérame un poco – pasamos primero a mi casa y se sorprendió un poco cuando vio que metí una maleta al auto.
Julieta: ¿Qué haces?
Violeta: ¿Crees que voy a dejarte sola en tu casa? Tú me cuidaste cuando salí del hospital, lo menos que puedo hacer es hacer lo mismo que tú hiciste por mí, además, eres mi novia y te quiero cuidar. – me sonrojé cuando dije eso último.
Julieta: Dilo otra vez.
Violeta: ... qué cosa?
Julieta: Di que soy tu novia – volteé a verla y tenia su cabeza recargada de lado sobre el asiento del copiloto y me regaló su mirada más dulce – anda.
Violeta: Jajaja, que boba eres, pero si te ayuda a sentir mejor... - comencé a tocar el claxon del auto y bajé la ventanilla y grité con todas mis fuerzas - ¡¡¡Esta hermosa chica que está aquí conmigo es mi novia!!! – Julieta soltó unas carcajadas dignas de una diosa, creo que había encontrado la droga perfecta para mí: su risa. Después de un rato llegamos a su casa y pedí comida para que desayunáramos algo.
Julieta: Debo avisar en la escuela que no asistiré esta semana.
Violeta: Entonces yo haré lo mismo.
Julieta: Pero tú ya faltaste mucho, además no quiero que pierdas clases por mi culpa, no me va a pasar nada aquí en mi casa.
Violeta: Crees que me importan las clases? Asisto solo porque mis padres me obligan y quieren que entre a la universidad para tener un título y pueda dirigir las empresas de mi padre, pero la verdad me tiene sin cuidado. Mejor si no quieres que me quede contigo me lo puedes decir. – me molestó un poco que Julieta no quisiera que me quedara con ella.
Julieta: No es eso, no te enojes, está bien, si quieres también avisa que estarás conmigo, para que los profes no te vayan a sancionar. – sonó el timbre de su casa y era la comida que había ordenado. – ¿Desayunamos? Muero de hambre.
El resto de la mañana transcurrió tranquila, estuvimos en su cuarto jugando unos cuantos videojuegos, cuando comenzó a sonar su teléfono.
Julieta: ¿Si? Hola... Sí, estoy bien... No, en mi casa... Sí, de verdad... No estoy sola, estoy con Violeta, ella me trajo... No, sigue aquí, se va a quedar conmigo... ¿Tu casa?... – seguro era su amiga Roxana, no se por qué pero no me agrada, aproveché ese momento para tomar de la mano a Julieta, quien me volteó a ver y me sonrió – Tal vez no sabía... Si, no te preocupes... No, no es necesario... Gracias... No se... De acuerdo... - al colgar dio un gran suspiro. – Rox va a venir al rato, creo que tenía la intención de que me quedara en su casa.
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Cadena De Tragedias
RomanceUna historia donde las protagonistas tendrán que luchar contra sus demonios internos para aprender a vivir y sobreponerse a las situaciones que la vida y sus participantes provoquen. No todas las historias tienen un final feliz.