>>>Violeta<<<
Desperté el sábado por la tarde con un dolor de cabeza terrible, había pasado el resto de la noche muy mal, me metí a bañar para intentar relajarme un poco, mientras tallaba mi cuerpo con jabón vinieron a mi mente imágenes de Julieta con Valeria y nuevamente sentí cómo me hervía la sangre. Golpeé el mosaico del baño y solo conseguí hacerme daño, lloré un poco hasta que pude calmarme. Después de bañarme por casi una hora, salí y me puse unos shorts cortos y una ligera blusa de tirantes, sonó el timbre de mi casa, no quería ver a nadie, así que si era alguien cercano tendría llaves.
Renata: ¿Algún día vas a abrir la puerta como la gente normal? – lo sabía, no le dije nada y me fui a mi sala, me quité los tenis y me senté con las piernas flexionadas hacia mi pecho abrazando un cojín, mirando hacia otro lado. - ¿Cuándo vas a madurar?
Violeta: Se supone que debes darme apoyo, no venir a regañarme. – dije con fastidio.
Renata: Te equivocas, mi papel como tu amiga es decirte la verdad. Si hay alguien a quien conozco es a ti y se que primero explotas y luego piensas. Ayer explotaste, ahora te toca meditar acerca de lo que hiciste.
Violeta: Es que no hay nada que pensar Renata, me hizo cornuda, que se vaya a la mierda.
Renata: ¿Estás 100% segura de que así fueron las cosas? Creo que lo mínimo que merece Julieta es que la escuches, después de todos los desplantes que le has hecho, y no creas que no me enteré de aquella chica que besaste...
Violeta: Ya me da igual, que haga lo que quiera.
Renata: ¿Y crees que voy a creerte? Jamás en la vida había visto que te pusieras así, no me queda duda de lo que sientes por ella, y creo que tienes que ir madurando ya si no la quieres perder. Discúlpame que te lo diga pero eres la menos indicada para reclamarle que se haya acostado con alguien, y menos si no sabes en qué condiciones sucedió.
Violeta: Supongamos que te hago caso, que la escucho y me explica su versión de lo que pasó. ¿Qué sigue, fingir que no pasó nada?
Renata: Yo no estoy diciendo eso, estoy diciendo que si no te enseñas a hablar de tus problemas con ella su relación no va a funcionar, ni esta ni ninguna que llegues a tener, aunque con ese carácter que te cargas me sorprende que Julieta te haya aguantado tanto. – le aventé el cojín que tenía abrazado. – Hablen, y después decides qué hacer.
Violeta: Ya va... está bien, iré a hablar con ella al rato. – se acercó, me dio un beso en la frente y alborotó mi cabello con su mano, luego entró a la cocina y preparó algo de comer. – Oye, y... - no sabía si preguntar.
Renata: ¿Qué, Valeria? – asentí – Sabía que preguntarías. Quédate tranquila, ella está bien. Efectivamente fue el alcohol lo que la puso así, aunque sí le pusiste unos buenos golpes.
Violeta: Ya, los detalles no me interesan, solo necesitaba saber que no se había muerto – dije con fastidio, aunque en realidad se me quitaba un peso de encima.
Renata: ¿Sabes que también vas a tener que disculparte por eso, verdad?
Violeta: Me jodes, ¿Y como por qué?
Renata: Ay mujer... - levantó las manos en señal de "me rindo" y el resto de la tarde nos la pasamos hablando de otras cosas y finalmente llegó hora de que nos fuéramos. – llévame a casa de Ernesto, es que llegué acá en taxi, y de paso te vas directito a casa de Julieta para que arregles este desastre.
Violeta: Dios, a veces eres tan mandona... - pero así lo hice. Pasé a dejarla con su novio y manejé directo a casa de Julieta, estuve estacionada afuera hasta que anocheció, no sabía cómo iniciar esa conversación que tanto quería evitar. Sabía que no ganaba nada estando ahí como idiota, así que me armé de valor y toqué el timbre. Esos segundos fueron los mas eternos que había conocido.
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Cadena De Tragedias
RomanceUna historia donde las protagonistas tendrán que luchar contra sus demonios internos para aprender a vivir y sobreponerse a las situaciones que la vida y sus participantes provoquen. No todas las historias tienen un final feliz.