Capítulo 4

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Cuando salimos del gimnasio los estudiantes de cada escuela hacen grupos de 10 personas, más o menos, y son guiados por un maestro para conocer la escuela. Primero salen los grupos de la Tesla y luego los grupos de la Alridge. En el último grupo de esta escuela se encuentra el chico del que Ally y Eileen hablaban. Hay cuatro chicas más con el que no dejaban de mirarlo, el parece no notarlo. Los otros cinco chicos lo miran con recelo; son más guapos pero, obviamente, el chico no tiene nada que envidiarles.

—Ya que esto es una emergencia —dice Ally—, por una vez en mi vida me ofreceré como voluntaria para ayudar a estos chicos a orientarse.

—Muy bien —repongo —. Buena suerte.

Doy media vuelta, decidida a irme cuando Ally me toma del brazo.

—Disculpa, creo que lo dije mal. Vamos a ofrecernos como voluntarias.

—Jamás. Ni lo sueñes. Eres tú la que quiere conocerlo, no yo; no tengo por que ir yo. Haría mal tercio.

—Jen, vamos. ¡Será divertido!

—¿Divertido? Lo será para Eileen, que no dejará de burlarse de mí por mi "falta de tacto hacia los chicos". O algo así.

—Eso ni siquiera tiene sentido. Y déjame aclarar el hecho de que, aunque siga jugando a convencerte, yo tomé la decisión de llevarte conmigo... ¡No discutas conmigo y vamos!

Me lanza una mirada foribunda y me hala del brazo fuertemente. Callo mi respuesta y la sigo a regañadientes. Se hace a un lado del maestro Strickland y le dice que ambas estaríamos encantadas de ser voluntarias. El maestro Strickland enseña biología, es dos palmos más alto que nosotras (y no somos bajitas), tiene el cabello lleno de canas; debe tener uno sesenta años pero usa unos lentes que, según dice él, le da un aspecto mas joven.

–¡Pero claro! Jenna, eres mejor de lo que pensé- dice el maestro—.Ahora son tres

—¿Tres? —pregunto. ¿Qué no sabe contar?

—Sí, tres. Ally, tú y...—observa su lista— Eileen.

Espera, ¿qué?. Ahora estoy más que molesta con Ally. Giro para verla a los ojos. No se lo puede creer. Con los labios le digo "Esta me la pagas" me responde con un "Lo sé" también con labios.

Tiene sentido, ella también quiere estar cerca de su chico irresistible.

—No te basta quedar en ridículo con personas que ves usualmente y quieres quedar en ridículo con ellos. No tienes paz...—dice Eileen acercándose a mí y riendo a carcajadas.

—Míralo de esta manera: tú te quedas con toda la atención y así ganas más puntos —aduje.

—Por fin la cerebrito dice algo importante.

El maestro Strickland se acerca a nosotras dos y dice:

—Al parecer Ally no se siente muy bien así que decidió irse.

La muy cobarde me deja sola en esto; perfecto. Mi teléfono empieza a sonar; es un mensaje de Ally:

<<¿SABÍAS QUE TE QUIERO?>>

>>¿SABÍAS QUE TE ODIO?. AÚN NO ME ACABO DE CREER QUE ME DEJES SOLA CON LA IMBÉCIL DE EILEEN<<

¿Cree que va a ser una bonita anécdota? Me mete en esto y ahora huye. Y es mi mejor amiga...

>>PIÉNSALO ASÍ: MÁS OPCIONES PARA TÍ. ME ESTOY SACRIFICANDO, NO CREAS QUE ME ENCANTA<<

Observo la pantalla con el ceño fruncido; ¿En serio cree que me está haciendo un favor?

>>LA VERDAD, SI ME LO CREO. HABLAMOS LUEGO. DEBO IRME<<

>>PERDÓNAME<<

Guardo el teléfono en el bolsillo de los jeans, me ubico a un lado del grupo y Eileen al otro justo al lado del chico pelinegro. Empezamos el recorrido por el jardín. Hay mesas de piedra para estudiar al aire libre o para almorzar. Luego continuamos por la cafetería, los salones de clase y el laboratorio de química. Estamos de camino al auditorio, Eileen ha estado hablando con el chico pelinegro, no parece que él diga mucho pero su expresión es neutra. Tal vez Eileen ha logrado llamar su atención y él está trantando de no demostrarlo. Llegamos al auditorio y nos ubican en la parte de atrás del mismo. El auditorio es grande, tiene sillas rojas acolchadas que van desde la puerta de ingreso, en la parte de atrás del lugar, y en la de salida, al lado del escenario. Me siento en la silla al lado del pasillo y Eileen al lado de la pared aún hablando con el chico. Me quedo mirando a la nada esperando a que lleguen los otros grupos. Veo a Ally hablando con un chico moreno, no muy alto pero apuesto, del Tesla. Están tres filas delante de mí; me quedo mirándola fijamente tratando de captar su atención. Finalmente me observa y me sonríe con culpabilidad, yo hago la miro con ira y ella abre los ojos de par en par. ¿Se lo estará tomando en serio? me pregunto, hasta que empieza a señalar a su derecha (a mi izquierda) y me dice con los labios que me gire; lo hago y me doy cuenta que el chico dejó de hablar con Eileen y se dirije a la chica que tengo a mi lado.

—Disculpa, ¿podrías cambiar de lugar conmigo?. Esa chica esta acabando con mi paciencia y me empieza a dar dolor de cabeza estar al lado de ella.

Veo que Eileen está ofendida por la actitud del chico y me lanza una mirada asesina, la ignoro y me vuelvo para sentarme derecha en la silla y miro hacia el frente. La chica accede a cambiar de lugar y se va a sentarse junto a Eileen. El chico se sienta pesadamente y me mira espectante, hacemos contacto visual por unos segundos y me vuelvo. Ally está haciendo gestos del otro lado, cómo diciendo "Háblale" yo niego con la cabeza y se gira con cara de derrota.

—¿Tu amiga intenta decirte algo sobre mí? —me pregunta con voz divertida—. No es que sea la primera chica que lo hace pero no es muy disimulada.

No me gusta nada su actitud egocéntrica. Pero su voz es gruesa, pausada y sexy, es imposible no prestarle la más mínima atención. Lo miro y digo:

—No le entiendo muy bien, pero debe estar diciéndome lo obvio: Que estas sentado a mi lado y aún respiras

—¿He de entender por eso que hay alguna razón por la que ya no deba estar respirando?

—Bueno, te alejaste de Eileen y expresaste en voz alta que te causaba fastidio, lo cual, ella no suele tomar muy bien.

El rie, toma una pausa y dice:

—Que miedo —levanta las palmas de las manos y mueve los dedos.

—¡Claro! —bufo— No es que te vayas a cambiar a esta escuela así que...

—En realidad —me interrumpe—, estoy fingiendo que aún analizo mis posibilidades. Ya me he inscrito —hace una pausa y sonríe (Tiene una sonrisa hermosa)— Aún no se tu nombre, hermosa

—Solo para que no me vuelvas a decir "hermosa". Soy Jenna, Jenna Reid.

—Mucho gusto —estira su mano hacía mí— Zack Moore.

Pensamientos sin Punto FijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora