Capítulo 11

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—¿A que te refieres con eso? —pregunto. Me tiembla todo, estoy apunto de entrar en un shock nervioso— ¿Que demonios está pasando?

—Tienes que saber que pase lo que pase, cuentas conmigo —dice.

—¿Qué? ¿De qué hablas?.

—Vamos a tu casa.

—Acabo de llegar a la escuela. No podemos ir. Explícame ¿Por qué esta la policía aquí?

—Pues, no sé, ¿el hecho de que me haya drogado no te dice nada? —me dice, mirándome de una manera que me hace sentir estúpida.

—Bien —repongo. Miro mis manos, estoy temblando de nuevo. Esto de las crisis nerviosas me tiene mal.

Zack me toma de la mano y me lleva a uno de los laboratorios de química. Entramos a uno de ellos que está en mantenimiento. Está oscuro y huele a humedad. Vamos directo a una de las mesas y nos sentamos. Yo me acomodo lo mejor que puedo en una de las sillas y el se sienta sobre la mesa de mármol mirándome espectante.

—¿Tienes frío? —pregunta, quitándose la chaqueta.

—No —respondo e intento parar mis temblores— Dime qué está pasando. Quiero respuestas, y las quiero ahora.

Se pasa las manos por el cabello, suspira sonoramente. Me mira, como si se quisiera grabar cada milímetro de mi aspecto.

—Muy bien. Pues, antes que nada, quería decirte que no parecías muy sorprendida cuando la policía se llevó a Eileen.

—Bue.. bueno... tal vez...

—Ahórratelo. Se que lo viste en un sueño.

Me quedo desconcertada. Me empieza a faltar el aire. Él lo nota y toma mi brazo, le brillan los ojos de un azul cielo extraño alrededor de la pupila. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo y empiezo a respirar con más facilidad.

—Es mi don. Controlar todo lo que tiene que ver con el cuerpo —me mira con malicia— Todo.

Si eso fue una insinuación prefiero ignorarla. El corazón me va a mil por hora y no tiendo a pensar con claridad en este tipo de situaciones. Respiro hondo para poder centrarme.

—¿Cómo sabes que lo vi en un sueño? —le pregunto ya sin dificultad.

—Bueno, pues es tu don. Tú eres como yo. Y quiero agregar que no todo lo que veas es cierto, sólo algunas cosas. Aprenderás a saberlo con el tiempo.

—No —le espeto— No lo soy.

—Querida, te dejaré algo en claro: No me gusta irme con rodeos. Y como van las cosas necesitas saber la verdad.

>>Estoy en una especie de ''liga'' llamada ''Protectores de dones'' esto significa que alguien con un don debe ser protegido si a este lo están amenazando de muerte indirectamente, es decir, si está en peligro. Y también si no sabe usar sus dones correctamente-. me muestra una marca con forma de sol sobre puesta a una estrella de cuatro puntas en el interior de su muñeca. El hecho de que alguien esté en la mira de un asesino me pone la piel de gallina.

>>Vine a esta escuela buscando a mi protegida. Supe que eras alguien cercano a esta persona, así que me acerqué a ti para poder saber más sobre esta persona y así protegerla mejor. Esta chica tiene la habilidad de controlar la materia. Sabe lo que puede hacer, pero no esta usando bien su don, así que debo empezar a intervenir.

Miro hacia otro lado. Ya todo empieza a tener sentido: él se acercó a mi únicamente para saber más de su protegida. Nada de lo que me dijo era cierto. Desperdicié mi primer beso en un chico que sólo me uso, para un bien, pero me usó.

No quiero ni mirarlo a la cara. Siento como si mi cuerpo fuera de vidrio y sus palabras fueran una bala. Me rompo en pedazos poco a poco.

—Con respecto a tu habilidad, debo admitir que no sabía nada. Pero poco a poco me di cuenta de ello gracias a Eileen —busca en mi cara algún indicio de rabia u odio. Al parecer soy lo suficientemente inexpresiva como para ocultar mis sentimientos.

—¿A Eileen? ¿Por qué a ella? —esto debe ser una broma; y es de muy mal gusto.

—Eileen también tiene un don. El de hacer ver a otras personas cosas que no son o controlar su cabeza. El único problema es que, a los que tienen dones, no los puede usar de la misma manera. Por eso Ally y tu la odian.

¿Qué? No. ¿Ally también? ¿Estuve todo este tiempo al lado de alguien con un don? No me molesta, pero hay una pregunta que me quiero evitar...

—¿Ally? ¿Qué don tiene ella? —pregunto mirándolo de nuevo.

—Es sencillo. ¿Aún no lo sabes? —dice con una pizca de diversión. Pero sus ojos no demuestran nada

—¿Crees que si lo supiera te lo estaría preguntando? —me molesta que haga preguntas estúpidas y que me quiera salir por la tangente.

—Ally, es mi protegida.

Pensamientos sin Punto FijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora