Pensamientos sin Punto Fijo

Capítulo 7

Me quedo de una pieza. Ahora sabe que soy la hermana de Archie. Empiezo a pensar si esto es humillante para mí o para Archie en particular, hasta que el sonido de fuertes pisadas en la escalera me hacen volver a centrarme. Zack está aquí y ciertamente no hay nada que pueda hacer al respecto.

 —Espera —dice Archie deteniéndolo en mitad de las escaleras, donde los puedo ver perfectamente—. Aunque no puedo creer que conozcas a Jenna Insípida...

 —¡Callate! —le espeta Zack— ¿Por qué la llamas así? Me vale un cuerno que sea tu hermana.

 —Cálmate, amigo. ¿Y a ti que te importa como la llame?.

 —Me importa. Así que otro estúpido comentario y te juro que, aunque esta sea tu casa, te apagaré las luces.

 —Ya, está bien —contesta

¿Archie está cediendo a algo? Dios, esta si no me la esperaba. Archie es más alto que yo, pero Zack es casi tres palmos mas alto que él así que es probable que empiece a entender por qué Archie no lo ha golpeado. Zack sube lo que queda de los escalones cuando Archie lo toma del brazo y lo hace volverse hacia él.

 —¿Que demonios haces? No pensarás entrar a verla, ¿o sí?.

 —¿Qué te importa? Tal vez ella y yo tengamos cosas de que hablar.

 —¿Qué me importa? Es mi hermana.

 —¡Claro! A la que llamabas insípida hace un momento ¿verdad?.

 —Como sea. No puedes verla.

Zack ríe.

 —¿Quién me lo va a impedir? ¿Tú? —dice caminando en el pasillo preguntándose que puerta abrir.

 —No. ¿Sabes qué? Haz lo que mejor te parezca, voy a salir con Dale. Es la que está al fondo —dice mi hermano señalando la puerta. Da media vuelta, baja las escaleras y se va con un portazo que suena hasta donde estoy.

Me acomodo rápidamente sobre mi cama y finjo leer. Los nervios se me calan hasta en los huesos y empiezo a temblar descontroladamente. Intento parar poniéndome un suéter, suponiendo que es frío. Zack entra, apenas me ve me sonríe y yo hago un mohín. No quiero verlo a la cara, así que sigo fingiendo continuar con mi lectura y le digo:

 —¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con Eileen?

 —Así que la has visto —dice Zack cerrando la puerta de mi habitación y sentándose a los pies de mi cama.

 —A Eileen le encanta darme las primicias. Fui la primera en verla, puedes apostarlo.

 —Estoy muy seguro que escuchaste lo que estábamos hablando tu hermano y yo. Lo que por cierto está mal; no deberías escuchar conversaciones ajenas —dice y ríe un poco—. Me drogaron, no lo hice conscientemente.

 —¿Y qué importa?. De igual manera, no es que tu me tengas que rendir cuentas a mí. No somos nada, ¿lo entiendes? Nada. No tienes que explicarme nada —digo cerrando el libro y mirándolo a los ojos.

Se queda callado por un momento y luego se acerca a mí con una rapidez impresionante. Me toma de las manos y las entrelaza con las suyas.

 —Eileen no me importa —dice, mirándome serio—. Lo que te dije en el auditorio sobre ella no se ha ido a la basura. Es más; mi pensamiento se ha reforzado con lo que pasó esta noche.

No sé si soltar sus manos. Su calor es muy agradable, me hace sentir bien y dejo de temblar casi al instante.

 —Dices que no somos nada y no tengo que rendirte cuentas —continúa—, pero sí que debo rendirte cuentas. En un día... Dios, se me dan mal estás cosas —se pasa la mano por el cabello—. Bien. Mira, en un día me has demostrado ser una chica muy genial, diferente y graciosa. No como Eileen, que aunque sea bella, la personalidad la daña por completo. 

 —Bien, entonces somos amigos —le digo.

 —No —dice muy serio—. No estás entendiendo mi punto. Te digo todo esto porque me importas Jenna, me importas y no he podido dejar de pensar en ti todo el día.

Me quedo pasmada mirándolo, todo en él es perfecto, desde su anguloso y bello aspecto, hasta en lo que dice.

 —Tú también me importas. Pero, aunque quisiera estar contigo, no podemos. No te conozco lo suficiente y, lo más hermoso de todo esto, es que lo de Eileen no será pasajero. Toda la escuela lo sabe.

 —Lo de conocernos lo podemos arreglar —dice poniéndome un cabello tras la oreja—. Lo de Eileen va a ser pasajero. Confía en mí —dice, y me besa.