Capítulo 27

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—¿Te divertiste hoy? —pregunta Jack al salir de la útima tienda

Asiento.

A las tiendas a las que fuimos eran unas que habían dentro de la misma masión de los dotados. Bajamos un montón de escaleras y pasamos por no sé cuantos pasillos hasta llegar a las tiendas. Fue un poco incómodo, a decir verdad, porque yo odio comprar ropa. Aunque Jack simplemente dejó que las vendedoras me aconsejaran mientras él simplemente se limitaba a asentir al preguntarle que tal me quedaba tal cosa. Al momento de pagar fue demasiado molesto para mí.

—Yo pago, yo invité. —Jack estaba sacando su billetera.

—¿Qué demonios? —Chillé—. Para nada, déjame a mí. 

—¡Jenna Reid! ¡Ni se te ocurra! —Gritó Jack. 

No me dejó pagar y ahora estoy molesta por eso. Llevo las manos en puño sosteniendo las bolsas, casi con las cuerdas marcadas en la palma. 

—Reid, yo invité, es lo más justo. 

—Justo nada, mie...

–Mucho ojo con esas palabras, Jen —me reprende. 

—No te sorprendas si encuentras el dinero en tu mesa al amanecer —bufo. 

—De verdad haces un escándalo de nada. 

—No me gusta que paguen cosas por mí. Me hace sentir necesitada y mediocre. 

Jack no responde. En vez de eso se queda quieto y mira a un punto cualquiera sin siquiera ver en realidad. 

–Jack... Jack, ¿qué pasa? 

—Shhhh. —Pone un dedo en sus labios—. Escucha —susurra.

Escucho. 

Un golpe seco. Dos. Tres. 

Gritos. 

—Algo pasa en el cuartel —musita—. Vamos.

Corremos. Voy camino a las escaleras, dejando las bolsas a mitad de camino, pero Jack me detiene.

—Por aquí es más rápido.

Me guía hacia un ascensor y subimos. Al llegar a la primera planta de la mansión, nos damos cuenta de que no fueron golpes sino explosiones.

—¿Alguna posibilidad de que algún dotado se haya salido de control? —Pregunto y mi voz suena tan tranquila como esperaba, aunque realmente no lo esté.

—Me gustaría pensarlo de esa manera, pero no. Ningún dotado pierde el control así sin que algún superior lo detenga.

Se hace el silencio. Alguien me hala del brazo con fuerza.

Gwen.

—¡¿Qué haces aquí, estás bien?! —Grito, sacudiéndola.

—Lo estoy, cálmate —me espeta—. Pero tú no lo estarás por mucho tiempo.

—¿Qué quieres decir? —pregunta Jack.

—Quiero decir que me ayudes —pide Gwen, dirigiéndose a Jack—, debemos esconder a Jenna los más rápido posible.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Porque Archie está aquí.

Mi cabeza gira velozmente en dirección a la voz.

Es Zack. Sus negros cabellos le caen en la frente y tiene un rasguño considerablemente largo en su mejilla derecha. Se aparta el cabello de una cabezada.

—Y no está solo —continúa—, al parecer la diva tiene una nueva mejor amiga.

—¿Quién? —pregunto alzando la voz.

Pensamientos sin Punto FijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora