Capítulo 5

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Salimos del auditorio y Zack aún habla conmigo. Eileen no hace más que lanzarme miradas asesinas; sé que me he ganado un problema con ella pero no me importa, por fin puedo hablar con un chico y no voy a perder la oportunidad de seguirlo haciendo solo por un capricho de ella.

—Ya que sé cuál es tu nombre, preciosa —dijo Zack acercando su cara hacia mí —, ¿vas a enseñarme la escuela?

Me quedo viéndolo a sus hermosos ojos y le digo:

—¿No te bastó con el tour guiado por Eileen?. Por que puedo lograr que te dé otra vuelta.

—¿Qué te he hecho yo para que quieras matarme de esa manera?.

Sonrie y yo rio a carcajadas.

—Muchos en esta escuela lo considerarían un placer, en vez de una tortura.

—Todo es cuestión de qué tan estúpida sea la persona que está con ella —dice Zack en tono filosófico.

—Debe serlo mucho si es que la considera un ser superior a todos.

—Me encanta tu actitud. ¿Y cuando empezarás a mostrarme la escuela?

—¿Yo? —me rio a carcajadas, el me mira desconcertado y se acerca más a mí; yo me alejo y recupero el aliento -No creo que sea la mejor persona para hacer eso.

—Solo es mostrarme la escuela y ya. ¿O es que te da miedo pasar tiempo a solas conmigo? ¿Te da pena?

—Nn... no... no es eso... yo... bueno..—odio tartamudear. El me pone nerviosa y lo acabé de demostrar.

—Te pongo nerviosa —ríe—. Me encanta ¿Sabías?

—Ejem... no, creo que estas equivocado

—Yo jamás me equivoco —me guiña el ojo y acerca sus labios a mí. Los esquivé.

—Sé lo que estás haciendo y no me gusta —arquea las cejas y me mira incomprendido—. Sé que me ilusionarás porque sabes que, como vas a estudiar aquí, voy a estar loca por tí.

-No, cariño —invade mi espacio vital y me mira directamente a los ojos—, ¿me crees capaz de hacer algo así?

—¿Honestamente? —pregunto. Él asiente— No confío en las caras bonitas.

No quise ver su expresión. Estoy casi segura de que fué de superioridad, egocéntrico por naturaleza; lo cual me molesta. Él es de ese tipo de personas que no necesitan que les digan que son irresistiblemente bellas porque ya lo saben.

Voy a mi casillero y saco mis libros para irme a casa; no busco a Archie porque ya debe estar en camino a casa de Eileen para su estúpida fiesta (las hace cada dos semanas y me recuerda, de una hermosa manera, que no estoy invitada). Tampoco busco a Ally por la misma razón, así que termino de empacar, prendo mi iPod, me pongo mis audífonos y cruzo la puerta de salida.

Llego a casa y busco las llaves en los bolsillos de mi pantalón "¡Mierda! Las llaves las tiene Archie" pienso, me maldigo por lo bajo y ruego internamente que mamá aún esté en casa; no quiero ir a casa de Eileen para pedirle las llaves a mi hermano, sería humillante (por no decir estúpido, considerando que quiero cumplir nuestro acuerdo hacer como que no nos conocemos) Estoy a punto de tocar cuando la puerta se abre:

—¡Oh, cariño! —es mamá, recupero el aliento— ¿No llevas las llaves?.

—Sí, pero es que Archie...

–No importa, Jen. Debo irme, me esperan en mi club de lectura —me da un beso y se aleja, a medio camino grita—. ¡Te quiero! ¡Si algo pasa llámame!

—¡Lo haré! Adiós.

Entro en la casa y voy a mi habitación. Pongo mis cosas sobre mi mesa de noche y me acuesto en la cama. No llevo ni dos segundos con los ojos cerrados cuando suena mi teléfono. Lo busco entre la mochila y lo saco; número desconocido.

—¿Hola? —digo, con la esperanza que quienquiera que esté al otro lado de la línea se haya equivocado.

—Hola, preciosa.

Se me hiela la sangre. No puede ser. ¿Cómo consiguió mi número?. Sé que no fué Archie, simplemente no fué el. Eileen, menos pero Ally...

Ahora tiene serios problemas conmigo.

—¿Sigues ahí, Jenna? —pregunta Zack del otro lado.

—Sí, sí.

—¿No vas a preguntarme como conseguí tu número?.

—No tengo que matarme la cabeza para saber que fué Ally —digo con voz cansada.

—Que lista eres. Como sea, quería hacerte una invitación.

—No puedo.

—Ni siquiera sabes a que te voy a invitar.

—Lo aclararé. No quiero. Y menos contigo.

—¡Claro! La cuestión de las caras bonitas; ya lo recuerdo.

—Sí... como sea. Gracias, pero no, gracias.

—Sí que vendrás. Cuando lo diga no te podrás negar.

—Sólo por saber, ¿donde irem... iríamos?

—Un súper plan. A la fiesta en casa de Eileen —frunzo el ceño, digo una palabrota y cuelgo. ¿Que tiene ese chico en la cabeza? Además de estupideces, claro.

Si pretendía que saliera con él, feliz de la vida, a casa de Eileen se equivocó. Una media hora más tarde llega un mensaje a mi teléfono con una foto adjunta. El número es desconocido pero no es el de Zack aunque sé muy bien de quien es.

>>¿CREÍAS PODER CONTRA MÍ, ZORRA? AHORA QUE ESTÁ EN MI TERRITORIO ES SÓLO MÍO<<

Eileen es cariñosa con sus mensajes. No sè de qué me habla, pero tengo una corazonada. Lo pienso dos veces antes de abrir la foto, pero lo hago. Al momento me arrepiento: Eileen y Zack se están besando. Ella tiene una mano metida en la parte delantera de sus jeans y él está quitándole la blusa a ella.

Pensamientos sin Punto FijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora