Capítulo 2

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Me levanto temprano para ir a la escuela. Hoy es el día donde estudiantes de otras escuelas visitan la mía para pedir algunos intercambios. Luego de asearme, bajo a desayunar y ahí está Archie con los pies sobre la mesa y sentado en una silla, equilibrándola en una sola pata (como desearía que se rompiera) .

—¿Qué quieres para desayunar, cariño? —pregunta mamá desde la cocina.

Siempre he pensado que es hermosa: Sus brillantes ojos marrón, sus labios carnosos y rosados, su cuerpo finamente alineado. Toda ella es simétrica; ni le sobra, ni le falta. No ha cambiado mucho desde que se fué papá. Y no quiero que lo haga. No pienso mucho en él, pero cada vez que lo hago siento odio. Odio por dejarme sola con el farsante de mi hermano que manipula a mamá siempre que puede y la pone en contra mío. Sacudo la cabeza para alejar los pensamientos.

—Lo que sea más rápido mamá —contesto.

—Siempre tan profunda —dice Archie.

Luego me da una mirada rápida y vuelve a mirar a la nada.

—Van a ir chicos de otra escuela a nuestra escuela ¿Podrías por lo menos vestirte de una manera en la que no nos hagas quedar en ridículo?

—Me gustaría llegar a la conclusión de que te hace pensar eso que me importa. Además, puedes decir que no eres mi hermano y se acabó. No sería la primera vez y no es que me desagrade la idea

—Muy bien, Jen. Pero no nos deben ver juntos, mi reputación quedaría arruinada de inmediato

¿La reputación de que eres un estúpido sin remedio? o la de "Lo que tienes de musculoso, lo tienes de imbécil" trato de preguntar. Pero no quiero que mi día empiece con un ojo morado.

Pensamientos sin Punto FijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora