×Mercury.—No sé que hacer, —algo que probablemente nunca he dicho en toda mi vida. Estaba siempre un paso por delante de todo; mi día entero siempre estaba planeado desde cuando mis pies tocan el suelo luego de dormir hasta que mi cabeza descansa en la almohada por la noche. El calendario de gatitos que cuelga de mi pared estaba relleno con mis prácticas de fútbol y los días en los que tenía juego, en los cuales tenía citas y pruebas en las cuales tenía que estudiar. Eso es justo lo que soy.
Así que tal vez fue por eso que mis amigas me miraron tan extraño.
Los ojos grandes y azules de Macey encontraron los míos. Estaba sentada en la cama delante de mí, sus piernas largas estaban cruzadas mientras se inclinaba hacia atrás con sus codos—. ¿Sobre tu asignación en inglés? Solo haz lo que yo hago y mierda para todo.
—No creo que hable de ello, —Jamie habló desde el suelo. Mi amiga más pequeña puso si libro de texto en el suelo y se apoyó en la pared—. Estas hablando de Londres, ¿verdad?
—He estado en Londres antes, —Emily dijo desde la silla de la computadora. Estaba trazando sus tatuajes con un lápiz mientras soplaba una burbuja de goma—. No es tan fantástico.
Agarré mi refresco de mi mesilla de noche, y tomé un sorbo—. La escuela parece bastante buena. Hay una gran cantidad de comentarios positivos. Y el campus es perfecto. Pero California es mi hogar y no puedo simplemente levantarme y dejar todo.
— ¿Y por qué diablos no? —preguntó Macey—. Quiero decir, te amo a muerte, pero joder, yo dejaría todo en un latido si eso significa convertirme una profesional en lo que me gusta.
La mamá de Macey era Elizabeth McGrath, una de las jugadoras de fútbol a más famosas. A menudo me preguntaba si ella solo se interesó en el deporte por su madre o si le gustaba de verdad. De cualquier manera, Macey tenía mucha presión en sus hombros al seguir los pasos de su madre, así que no estaba nada sorprendida al escucharla porque sabía que dejaría todo solo para hacer que su madre se sienta orgullosa.
Pero yo no tenía una madre que podía hacer cincuenta y cinco tiros diferentes con un balón.
— ¿Has hablado con la entrenadora Sharp al respecto? —preguntó Emily.
—No... bueno, un poco, —admití. Empecé a jugar con la lata en mis manos—. Ella parecía un poco desanimada.
Macey rió, sin alguna pizca de humor—. No me digas, —dijo ella, mirándome—. Está perdiendo una de sus mejores jugadoras, ya que no le puede ofrecer algo mejor. Excepto que no eres una simple jugadora, eres como de la familia. Y la pérdida de un familiar puede ser como la mierda.
Familia. Una palabra libre, que cada quien le da su propio significado, pero para mí, familia... lo es todo. No se su pueda mudarme. Como bien ha señalado Macey, perder la familia puede ser como la mierda, y después de perder a mis padres, la familia significaba más para mí que antes.
La entrenadora Sharp ha sido parte de mi familia durante todo lo que puedo recordar. La conozco desde que tengo siete años, pero sé que mis padres y ella fueron a la universidad juntos, los tres fueron inseparables durante su juventud y más allá. ¿Era de mi familia? Si. No la clasificaría como cualquier otra cosa.
Así que ahora la pregunta es, ¿podría dejar a mi familia?
— ¿Estoy hecha para esto? ¿Jugar con chicos? —les pregunté, inclinando la cabeza hacia atrás contra la cabecera, mirando el techo.
No estaba segura de sí le estaba preguntando a mis amigas o al cielo, pero parecía que el cielo no me estaba respondiendo, por lo que Jamie lo hizo por ellos—. Por supuesto que lo estás.
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Game Theory × n.h
Fanfiction×Esto es una TRADUCCIÓN, esta novela NO ES MÍA× "No se permiten relaciones, o serás pateada fuera del equipo." Lynn Mercury, una atrevida idealista feminista que solo quiere entrar en Portland Thorns. Así que cuando la oportunidad se presenta para p...