× Mercury.Una canción de heavy metal estaba resonando por mis oídos mientras golpeaba la bolsa que colgaba frente a mí, mis ojos nunca dejaban de mirar la gran X roja en el centro. Di un paso hacia atrás mientras cerraba y abría mis nudillos, asegurándome de que la cinta alrededor de ellos permaneciera intacta.
Hace tres años cuando mis padres murieron, yo había tenido que ir a terapia (contra mi voluntad, debo decir). Después de la cuarta reunión de «¿estás bien? ¿Como te hace sentir eso?» el psiquiatra había decidido que hablar no iba a hacer que saliera de mi cáscara. Así que se le ocurrió algo que podría ser más eficiente.
Boxeo.
He crecido en una casa en la que me decían que la lucha no aliviaría mis problemas. Pero hasta el día de hoy puedo decirle a mis padres, mi hermano y mi abuela que estaban completamente equivocados.
En la siguiente reunión, el psiquiatra y yo habíamos ido al gimnasio local y me había dicho que golpeara la bolsa lo más fuerte que pudiera. Teniendo diecisiete años y estando profundamente enojada con el mundo, se podrían imaginar que me sentía en la luna gracias a esas instrucciones.
Para mi sorpresa -aunque no del psiquiatra- había funcionado. Entre cada golpe y patada, me desahogué. Le dije todo lo que estaba sintiendo mientras golpeaba la bolsa y él escuchó. Se paró en el otro lado y escuchó todo lo que tenía que decir, y aunque ese era su trabajo, era bueno dejar salir todo por los golpes y tener a alguien al otro lado para atraparlos.
Y desde ese día, seguí esa rutina cuando me sentía deprimida, triste, o cuando realmente necesitaba golpear algo. Así que fue por eso que cuando puse un pie dentro del centro fitness de la universidad por primera vez, mi ánimo se levantó y no dudé colocar una cinta en mis nudillos y empezar a balancearme.
Me concentré en la canción de halestrom que resonaba en mis oídos.
Roaring like a storm and I am the one I've been waiting for.
Screaming like a siren, alive and burning brighter.
I am the fire.
Yo no era la única persona en el gimnasio, pero yo era, sin embargo, la única chica. Y con eso dicho, incluso la música pesada en mis oídos no era suficiente para distraerme de todos los ojos a mi dirección. Me sorprendió que nadie se tropezara o que cayeran pesas a sus pies, porque al parecer, era la atracción principal en este momento.
Así que tal vez fue por eso que levanté mi pie y patee la bolsa justo en la gran X, haciendo que se balanceara. De hecho, la hice balancear hasta que no solo las bocas de todos los chicos de la habitación se abrieron, sino que también había golpeado a alguien.
—Oh, Dios mío, —dije mientras arrancaba mis auriculares y rápidamente ayudé a la persona—. Lo siento mucho, debería haber prestado atención a quien estaba a mi alrededor.
Una chica con un rostro que me recordó a una ardilla me miró con grandes ojos color avellana. Estaban con una sombra ahumada que pondría a Carrie Underwood en vergüenza.
—Es mi culpa, —dijo mientras ella tomaba mi mano y la levanté—. No debí haber caminado tan cerca.
No pude evitar notar que se frotaba la cadera en la que había caído. La culpa se filtraba a través de mi como el sudor de mi entrenamiento.
—Todavía me siento mal, —admití, mirando de cerca su cara en caso de que estuviese sangrando o tuviese huesos rotos visibles.
Pero la chica sacudió la cabeza y me miró una vez más. Estaba acostumbrada a todas las miradas que las chicas me enviaban aquí en Roehampton. Pero por alguna razón, cuando está chica lo hizo, no me sentí rara.
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Game Theory × n.h
Fiksi Penggemar×Esto es una TRADUCCIÓN, esta novela NO ES MÍA× "No se permiten relaciones, o serás pateada fuera del equipo." Lynn Mercury, una atrevida idealista feminista que solo quiere entrar en Portland Thorns. Así que cuando la oportunidad se presenta para p...