Polos Opuestos |j.b|

2.

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Me levanté de la cama casi a las diez de la mañana, hice mi cama y luego entre al baño para darme una ducha y quitar el sueño de mi cuerpo. Cuando salí, me vestí con ropa cómoda y abrigada, solo por ver el clima por la ventana, veo que es un día muy frió, como los que a mí me gustan.

Maquille mi rostro levemente y peine y seque mi cabello, tome mi celular de la mesita de noche depositándolo dentro de mi bolsillo antes de salir de la habitación. Bajé lentamente las escaleras y por un delicioso aroma a panqueques, fui hasta la cocina.

Vi a Hanna preparar panqueques, tiene la mesa de la cocina con bastante comida, un desayuno bastante nutritivo.

-Buenos días-la salud.

-¡Hola!, ¿cómo has dormido?

-Muy bien, la cama es bastante cómoda-le di una sonrisa-¿y tu?

-También.

Le asentí en respuesta.

-Nathan no tardara en bajar, y mis padres han ido a trabajar, hoy tenemos un gran día preparado para ti, es una pena que ellos no puedan acompañarnos.

-No te preocupes, estar con ustedes será genial, ¿qué haremos?-le pregunte interesada.

Hanna se acercó a la mesa con un plato lleno de panqueques, lo dejo sobre ella y me indico a que nos sentáramos para desayunar.

-Queremos que conozcas Boston, que antes de que iniciemos las clases en nuestros respectivos institutos, queremos que conozcas cada calle de esta ciudad-bebió un sorbo de su taza de café-¿te agrada la idea?

-Claro que si, seria de mucha ayuda conocer la ciudad, además, podre tomar fotografías, será genial.

Nathan bajo a los minutos más tarde, nos saludó a Hanna y a mi, luego se sentó en una silla en la punta de la mesa, y comenzó a desayunar con nosotras.

-Nathan, a ________ le agrada la idea de llevarla a conocer Boston.

-¿De verdad?-pregunto mirándome alegre-¡estupendo!, después del desayuno saldremos, vas a quedar muy enamorada de aquí.

Nuestro desayuno duro alrededor de veinte minutos, mis primos me contaron muchas anécdotas graciosas y también recordamos de cuando éramos pequeños, unos muy lindos recuerdos que guardare siempre en mi memoria.

Cada uno fue a su habitación para terminar de preparase o coger algo, como yo, que vine a mi habitación para lavar mis dientes y tomar mi mochila pequeña donde solo puse mi cámara, dinero y celular.

Me reuní con los chicos en el pasillo, los tres bajamos las escaleras y luego salimos por la puerta de la casa hacia la calle. Una ola de frio voló por mi nariz, no siento frio porque estoy bastante abrigada para poder sentirlo.

-Antes de irnos, quiero pedirle prestado su auto prestado a Justin, así podremos movernos mas rápido-dijo Nathan a nosotros, o mas bien, a Hanna, ella solo le asintió.

Caminamos lentamente hacia la casa de al lado, antes de que Nathan tocara el timbre, la puerta se abrió, una chica morena con solo un vestido y chaqueta salió de la casa. La mire sorprendida, ¿cómo es posible que vista así con este frió?

Detrás de ella apareció mi vecino nuevo, Justin, la beso sin darse cuenta de nuestras presencias, Nathan carraspeo su garganta para que se separaran. La morena nos miró mal a Hanna y a mí, el amigo de mi primo solo sonrió.

-Nos vemos otro día, gatita-le susurro, pero alcance a oírlo.

Rodeé mis ojos y solté un bufido, los dos tortolitos me miraron un segundo antes de continuar en lo suyo.

-Recuerda llamarme, Biebs-dijo con voz coqueta, luego se dio media vuelta y comenzó a caminar por la calle, el se quedó mirando su gran trasero, que a decir verdad, esta operado.

Luego de esa asquerosa escena, Nathan y el se saludaron con un apretón de manos, también saludo a Hanna y a mi me quedo mirando fijamente.

-¿Quién es esta preciosura?-pregunto recargándose en el marco de su puerta y mirando a Nathan.

-Es mi prima, llego ayer para vivir con nosotros-le contesto mi rubio primo.

Justin me inspecciono de pies a cabeza, le alce una ceja lo que lo hizo sonreír.

-Eres muy hermosa, ¿no quieres...

-Por favor, no intentes coquetear conmigo cuando hace unos pocos segundos estabas besando a una réplica barata de Kim Kardashian en mi cara-le di una enorme sonrisa falsa, Hanna y Nathan soltaron una risa, el solo me miro perplejo.

-¿Disculpa?

-Además de idiota, ¿eres sordo?

-Que carácter tiene tu prima, no se cómo podrás llevarlo-le dijo a Hanna quien solo se ha mantenido en silencio.

-No hables de mi como si no estuviera, ¿de acuerdo?

Antes de recibir su respuesta, Nathan irrumpió.

-Justin, quiero pedirte tu auto, tendré un largo paseo durante el día con las chicas-nos observó con una sonrisa-¿lo ocuparas?

-No-le dijo-hoy solo me quedare en casa, llévatelo tranquilo.

Saco del bolsillo de su pantalón de chándal, un juego de llaves, rebusco entre ellas hasta dar con la llave que correspondía. Se la dio a mi primo quien le dio una enorme sonrisa.

-Gracias, Justin, esta noche estará tu auto en el mismo lugar donde lo dejaste.

El le asintió como respuesta.

Se dieron otro apretón de manos como despedida, beso la mejilla de Hanna y nuevamente, se permaneció mirándome.

-Un gusto conocerte, preciosa-me enseño su mano para que la tomara.

Acerque mi mano a la suya, pero en vez de aceptarla, la eleve de arriba hacia abajo evitando su cercanía, luego volví a acercarla a mi. Me miro sorprendido y a la vez avergonzado por dejarlo con la mano estirada.

-Punto uno, no me llames preciosa que me provocas nauseas, y punto dos, no puedo decir que fue un gusto conocerte porque sería bastante cínico de mi parte cuando lo único que quiero decirte es que es una desgracia que tenga un vecino tan descerebrado y detestable como tu-dije sin mas.

Me voltee y me aleje de el, sintiendo los pasos de Hanna y Nathan a mi espalda, caminamos lentamente hacia el auto del idiota. Mis primos subieron en la parte delantera de este y yo me senté atrás, Hanna volteo un momento para mirarme con emoción.

-¡Eres genial!

-¿Por qué?-le pregunte confundida mientras siento como Nathan comienza a conducir en reversa con el auto sacando el auto de su estacionamiento.

-Ninguna chica en esta ciudad le había hablado de esa manera a Justin, el es un hombre tan guapo y seductor que todas han caído entre sus brazos-contesto-¡eres mi ídola!

Solté una leve risa ante sus palabras.

-Es un idiota, merece que le hablen de esa manera-mire por la ventana hacia la puerta, el continúa mirándonos, o mejor dicho, permanece mirándome, al instante quite mi vista con desagrado-y no tiene nada de especial, es un chico común y corriente como todos, les juro que no provoca ninguna pizca de deseo en mi.

-Lo has dejado con la palabra en la boca, ________-dijo Nathan conduciendo por la calle-y conociendo a mi amigo, el no te dejara en paz, ya te has cruzado en su camino y va a querer que caigas en su cama de cualquier forma.

-Va a esperar por siglos entonces, porque yo no dejare que un ser tan detestable como lo es tu amigo Justin, ponga un dedo sobre mi.

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Holaaaaaaaaaaaaaaa, espero que les haya gustado(:

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Las veo en otro capitulo<3