49.- La cotidianidad en lo extraordinario

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Encontraron a Noir sentado en el tejado de su casa.

El gato ondeó la cola al verlos llegar y se dejó caer al suelo de un salto, con gracilidad felina y el tintineo de su cascabel. Rose se inclinó a su altura y el minino trepó entre sus brazos. La muchacha le rascó tras las orejas distraídamente mientras le ponía al día sobre su inquietante descubrimiento.

Hasta que vio la expresión de asombro en la cara de Jun, no pudo evitarlo y rompió a reír.

- Lo siento, Jun. Lo había olvidado. Tú no conoces a Noir en su forma gatuna.

Rose se puso en pie y se acercó al chico con Noir aún en brazos. El felino maulló divertido y Jun lo miró con ojos desorbitados. Una cosa era escuchar la historia de labios de Rose y otra muy diferente encontrarse cara a cara con un gato que hace unas horas era un muchacho...

Noir volvió maullar reclamando su atención. A Rose se le antojó que había un brillo burlón en sus ojos de malvavisco.

- Oh, umm, me alegra volver a verte, Noir. Te ves... esto... bien.- acertó a tartamudear Jun.

Con un nuevo maullido el gato saltó al suelo y rodeó al chico oriental, dio un par de vueltas a su alrededor y satisfecho se sentó en el suelo y procedió a lamerse la pata delantera bajo la atenta mirada de ambos humanos. Después pareció al fin contento con su ritual, porque tras un parpadeo, sentado frente a ellos, había un adolescente vestido de negro, con los ojos ambarinos fijos en ambos.

Jun dejó escapar un grito ahogado y se hubiera caído hacia atrás si Rose no lo hubiera sujetado por el brazo. Lanzó una mirada de reproche a Noir que reía divertido. Parecía que el chico-gato disfrutaba torturando al humano.

- Es asombroso.- dijo de pronto Jun dando un paso hacia él y deteniéndose dubitativo- Asombroso. Si no lo hubiera visto con mis propios ojos no lo creería. ¿Y te transformas con ropa y todo? ¿El collar también?

Esta vez fue Rose la que parpadeó sorprendida. ¿Aquello era lo que más le intrigaba de la situación? Aunque pensándolo bien, no era una mala pregunta.

Se volvió hacia Noir intrigada. El chiquillo parecía al fin haber parado de reír.

- Transformarme con ropa y todo es una habilidad difícil de dominar. Me ha costado varios años perfeccionarla.- confesó- Después de todo los humanos parecen encontrar incómoda su propia desnudez...

Lo dijo como si el pudor le fuera un concepto alienígena.

Se puso en pie y sacudió el polvo de sus vaqueros oscuros. Echó una mirada de reojo a Jun.

-Parece que habéis tenido esa conversación pendiente- murmuró- Te lo has tomado mejor de lo que esperaba.

Jun aún lo miraba con ojos desorbitados pero alcanzó a esbozar una media sonrisa.

- Aún lo estoy procesando- respondió.

El felino asintió a su respuesta antes de volverse hacia Rose.

- Un sexto Limpiador podría resultar un asunto peliagudo. ¿Qué piensas hacer?

Sí, qué pensaba hacer- se preguntó Rose a sí misma.

Terminaron manteniendo una reunión táctica sentados en el tejado del edificio. A simple vista debían de parecer un grupo de adolescentes pasando el rato un anochecer de finales de verano. Poco podía imaginar quien pudiera verlos que en realidad discutían asuntos de vida o muerte, con las estrellas como único testigo.

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora