60.- Séptima vida

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- ¿Y qué le decimos?

Jun y Rose estaban de pie frente a la puerta de la casa de Madame La Laurie. El pequeño Noir dormitaba plácidamente entre los brazos de la joven, felizmente ajeno a los terribles acontecimientos de la última hora.

Los chicos habían debatido largo y tendido sobre qué hacer con el minino y al final habían decidido que lo mejor era llevarlo de vuelta a casa. Aunque viéndolo tan pequeño y vulnerable contra su pecho a Rose le dolía en el alma tener que dejarlo.

Pero era lo mejor para él. Noir hubiera querido volver con la Pitonisa.

- ¿Cómo le explicamos esto?- volvió a preguntar Jun, señalando al gatito dormido.

Rose se encogió de hombros.

- Es adivina. Puede que no haya que explicarle nada.

O al menos eso esperaba. La veracidad de las habilidades divinatorias de la Madame siempre le habían parecido cuanto menos dudosas.

Alzó la mano con decisión para tocar el timbre pero no hizo falta. La puerta se abrió de par en par antes de que llegara a rozarlo siquiera y Madame La Laurie los miró desde la entrada.

Por mucho que la conociera la mezcla inusitada de colores siempre la cogíadesprevenida. Aquel día la Madame tenía el pelo teñido de un azul desvaído y más alborotado que de costumbre le caía sobre los hombros de un albornoz violeta que parecía haberse echado encima a toda prisa. Sus muchos collares y pulseras de cuentas guardaban un extraño silencio. Y cuando la miraron tras sus enormes gafas sus grandes ojos de búho se le antojaron tristes.

La sensación solo duró un instante porque al siguiente su mirada se posó sobre el pequeño Noir y una enorme sonrisa se dibujo en su cara.

- Oh, gracias queridos, por traer a mi gato a casa.- gorjeó feliz- Veréis temía que algo malo le hubiera ocurrido.  Los posos del té estaban inquietos esta mañana.

Jun y Rose compartieron una mirada cómplice preguntándose cómo demonios podían estar inquietos los posos de un té.

- Pero aquí me lo habéis traído. Sano y salvo, sí señor. Sois unos cielos.

Cogió con cuidado al gatito en brazos, muy a pesar de Rose. Noir se movió inquieto pero se acomodó y siguió durmiendo, ahora acurrucado contra el pecho de Laurie.

- Pasaros un día por la tienda y os haré una adivinación gratuita en agradecimiento- continuó diciendo la mujer- y ahora, si me perdonáis, voy a acostar a Noir. Parece agotado.

Y sin más preámbulos les cerró la puerta en las narices, dejando a dos muy sorprendidos adolescentes en el rellano.

- ¿Crees que se ha dado cuenta de que le hemos traído una cría en vez de un gato adulto?- murmuró Jun con asombro.

Rose se encogió de hombros.

- Me da la impresión que Madame La Laurie vive más en otro mundo que en el nuestro- respondió.

Y sin decir nada más enfilaó por el pasillo de vuelta hacia el exterior. Jun la siguió de cerca.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2023 ⏰

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