Recorrí los pasillos del castillo cuando empezaba a amanecer, había dejado a Arco aseándose y me dirigía a la gran explanada para preparar el largo viaje que nos separaba de los Sundarbans, donde estaba el monje nacido de mi propia esencia que había despertado a tantos durmientes y que asolaban la tierra. Había muerto casi una décima parte de la población humana, su economía era precaria y su industria estaba a punto de detenerse, el colapso de la humanidad era inminente. Entre el desastre absoluto y los monjes estábamos nosotros, luchando por seguir salvando el planeta tal y como venían haciendo los dragones desde la antigüedad.
Llegué a la explanada y vi que eran escasas las personas que habían llegado, todavía era demasiado pronto para hacer nada por lo que me senté en el borde del precipicio mirando al mar justo por donde empezaría a ver los primeros rayos de sol. Habían sido muchas las veces que había hecho lo mismo ante las nuevas batallas. Dentro de poco volvería a comandar a dragones y jinetes en la siguiente batalla, sería el preludio de una guerra incierta... el miedo se apoderó de mí, miedo a no saber hacerlo bien, a perder amigos, a no volver a ver mi hogar... Empecé a cantar la vieja nana y noté como me iba relajando, los acordes de mi voz parecían que se iban haciendo más graves, con más eco... Los rayos de sol empezaron a asomar mientras cantaba mi canción, un nuevo día, un nuevo amanecer, siempre lo consideraba un logro, vivir un nuevo día. Muchos antes que yo habían luchado en guerras antiguas, muchos antes que yo habían tenido los mismos miedos e inseguridades, no podía dejarme vencer por ellos, no podía dejar de luchar. Mi canción se iba haciendo cada vez más poderosa, imbuida en esa esperanza que siempre la acompañaba, hablando de amistad, de familia, de hogar. Por fin me levanté, cuando cantaba la última estrofa, me sacudí un poco el polvo con los últimos acordes y miré el hermoso sol de la mañana con confianza... 'Y cuando todo termine y mi vida se pierda seguirá habiendo esperanza y mi hogar a salvo estará...' canté.
Me di la vuelta y enmudecí, la explanada estaba llena de dragones y de jinetes rodeándome, mirándome en silencio... ¿Cuándo habían llegado?, Draco a mi lado se arrodilló con el puño en el pecho repitiendo el juramento de lealtad que tiempo atrás me había hecho, como una marea todos hicieron el mismo gesto en la explanada, dragones, jinetes y gárgolas volvieron a jurarme lealtad, diciéndome que me seguirían en la batalla como tantas veces habían hecho. Enlacé con todos y solo pude decir en sus mentes.
- 'Gracias'.
Draco se levantó y vino hacia mí y me abrazó. Me apoyé en mi dragón, daba gracias a los ancestros por tenerle conmigo. Todos fueron levantándose y reanudaron sus quehaceres.
- Te seguirán donde vayas, pequeña - dijo depositando un beso en mi sien.
- Lo sé... - le miré al llamarle y me miró extrañado - Draco... No me dejes sola pase lo que pase. - El dragón asintió.
- Pase lo que pase. - Me repitió.
Llegó el momento de partir, el Rey se acercó con sus consejeros, miró alrededor suyo fijándose en los jinetes con sus dragones nuevamente preparados para luchar. Fui hacia él seguido por Draco y le hice una reverencia.
- Majestad, estamos preparados - le dije. Él asintió y dio la orden de montar, Draco se convirtió en dragón y fui a reunirme con él.
- Senda - me llamó el Rey, me di la vuelta - lo conseguiremos - asentí y monté sobre Draco.
- ¡Enlazad! - dijo el Rey, hice un perfecto semicírculo y enlacé a todos en la explanada.
Con una perfecta coreografía salimos volando del castillo.
-.-
El General Walters no llevaba un buen día, sus hombres venían con comentarios espeluznantes por todo el mundo sobre sus nuevos aliados. El capitán Roberts se acercó para decirle que los dragones estaban llegando y salió a recibirlos en la pista de aterrizaje que habían habilitado para ellos, se preguntó en qué vehículo vendrían. Se puso sus gafas de sol, enderezó su guerrera y subió al jeep que le llevaría a la pista. Al bajarse vio una gran mancha negra que apareció en el aire tapando el sol.
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Trilogía Jinete de Dragón: Jinete de Dragón (II)
FantasíaLa guerra continúa... Senda ya no es un aprendiz, ahora se ha convertido en un poderoso Jinete de Dragón. Pero la supervivencia del planeta depende de las alianzas forjadas entre el mundo humano y el mundo de los dragones. Nuevos aliados surgen, al...