Apoyados en el borde de las piedras, los jinetes y los dragones miraban hacia abajo desde su escondite en las montañas. Alrededor de una veintena de hombres y mujeres vigilaban la gran columna de seres deformes que atravesaban el gran desfiladero en perfecta sincronía, en silencio...
- ¿Cuántos calculas Slar? – le preguntó el Jinete Real al viejo Dragón apergaminado que junto a ella miraba hacia abajo.
- Alrededor de 10.000 monjes – contestó.
- Mmnnn.... ochocientos dragones, mil salamandras, doscientos monos..., no me salen los números pequeña – dijo, el alto dragón que estaba a su lado, preocupado.
El jinete se frotó los ojos cansados, hacía tiempo que no dormía bien por las noches.
- Entonces busquemos cómo hacer que los números cuadren Draco – le dijo echándose hacia atrás y separándose del borde – Tarnan, asegúrate que las tropas mantienen la posición y que estén preparadas – le dijo a un joven que esperaba tras ella.
- Como digáis, Jinete Real. – salió volando en su dragón para acometer la orden.
- Príus, llega hasta los varanos, apresúrales en su marcha, deben estar a nuestro lado cuanto antes para equilibrar la batalla. – ordenó al segundo joven que esperaba.
- De acuerdo – el joven vestido de negro también salió volando en su dragón en la dirección opuesta.
- Comunicaré al Rey nuestros planes para que nos de su aprobación – concluyó el jinete.
Se alejó del grupo de gente seguida del alto dragón. Se sentó en una piedra a descansar al sol de la mañana y estableció la conexión.
- 'Diez mil efectivos, Escamoso' – dijo mentalmente al destino de su conexión.
- '¿Cómo lo ves?' – le respondió.
- 'No lo sé. Draco no lo ve claro. Quizá con la ayuda de los varanos consigamos que no sea una masacre'.
- '¿Vais a emboscarlos?' – volvió a preguntar.
- 'Aquí' – dijo enseñando un lugar en su mente – 'El desfiladero se hace angosto, eliminaremos a sus oteadores para que no den la voz de alarma. Los druidas nos han proporcionado suficiente fuego griego para poder volar parte de las paredes del desfiladero y sepultarles.'
- '¿Estáis en posición?'
- 'Sí, el lugar ya está minado, llegarán mañana en la madrugada según nuestros cálculos'
- 'Bien, entonces proceded' – permitió por fin – 'Ten cuidado, querida mía'.
- 'Siempre' – respondió el jinete.
Cortó la conexión y miró al alto dragón apoyado relajadamente en la roca.
- ¿Qué ha dicho? – le preguntó a la chica.
- Nos da su permiso. – respondió ella. – Diles que descansen Draco, mañana será un día duro.
- ¿Dónde vas? – le preguntó el dragón desconfiado.
- Caius me espera al otro lado de la loma, dragón mío, quiero saber cómo le va en su vigilancia. – el dragón asintió con recelo y se separaron.
La joven continuó caminando hasta encontrarse con un gran águila marrón y dorada, como dos cabezas más altas que ella. Fue hasta ella sin miedo y puso su frente a la altura del águila que hizo lo mismo chocando levemente las cabezas.
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Trilogía Jinete de Dragón: Jinete de Dragón (II)
FantasyLa guerra continúa... Senda ya no es un aprendiz, ahora se ha convertido en un poderoso Jinete de Dragón. Pero la supervivencia del planeta depende de las alianzas forjadas entre el mundo humano y el mundo de los dragones. Nuevos aliados surgen, al...