Amor psicótico [MutsUrie]

Abismo

Otro día aquí... Maldigo a este estúpido lugar, lo odio, ¡lo aborrezco con todo mi ser!
Como quisiera escaparme, y lo haría su pudiese, pero el Doctor Haise siempre está al tanto de mí, no me deja dar ni un respiro. Sin embargo, a pesar de esto, desde que "él" llegó aquí, algo cambio.
No puedo explicar con exactitud qué fue, pero le ha dado un poco, sólo un poco de luz a este oscuro lugar.
(...)

—Bien Mutsuki, hoy te haremos un chequeó general, para ver tu salud — le decía una de las doctoras que ahí se encontraba.

—Urie... ¿Dónde esta él? — cuestionaba sobresaltada — No puedo hacer esto si él no está — decía mientras trataba de zafarse de los agarres de los psiquiatras — ¡Urie! — gritaba a todo pulmón

—¡Cálmese!, ya viene, no se preocupé, sólo mantenga la calma — le pedía una doctora mientras forcejeaba con ella.

—¿Qué esta pasando aquí? — se escuchó una voz masculina hablar.

—U... Urie-san, es sólo que... — trataban de excusarse en vano.

—Suelten a la señorita — les pidió con una mirada aterradora.

—¡Urie! — inmediatamente la soltaron, ella corrió en dirección hacía él.

Todos seguían sorprendidos del comportamiento de la chica, no se explicaban el porqué de su actuar con el nuevo psiquiatra, ya que tenía muy poco tiempo de trabajar ahí, pero Mutsuki ya le había guardado un inmenso y extraño "cariño", y en viceversa; creando un vínculo fuerte y difícil de explicar.

—Ven, no temas, yo estaré aquí — le dijo el joven mientras le ofrecía la mano.
La peliverde la tomó sin dudar, pero en ese instante sintió algo extraño.

~Too... ruuu... No me abandones~ se oyó una voz en su cabeza.
Inmediatamente soltó su mano.

—¿Estás bien? — le preguntó preocupado el chico.

—S... sí... Vamos — volvió a sujetar su mano.
(...)

—Bien, gracias al medicamento se han disminuido las alucinaciones en estos últimos días, si lo sigues tomando, esto se podrá controlar.

—Sí, gracias... ¿ya me puedo retirar? — cuestionó.

—Desde luego — respondió la psiquiatra.

—¿Quieres que te acompañe a tu habitación? — le preguntó el pelimorado.

—En realidad quiero salir al jardín, deseo estar al aire libre por un rato.

—Está bien, vayamos — le sonrió el chico.

—Eres una buena persona, ¿lo sabías? — ella también le sonrió.

—¿Es por aquí?, lo siento es que aún soy nuevo — se encogió de hombros.
Él sabía perfectamente donde se encontraba el jardín, sólo que quiso despistar el sonrojo que le causó la sonrisa de Mutsuki.

—Sí, es por aquí — ella pasó desapercibida tal acción.

—Oh, ya vi la entrada a este — le dijo señalándola.

—¡Ya llegamos! — mencionó muy feliz la chica.

—Así parece — dijo mientras hacía una sonrisa ladina.

El jardín no era tan grande, pero tampoco tan pequeño.
Este se encontraba en el primer piso, sin embargo tenía rejas para evitar que los pacientes escaparán, ellos podrían llamarlo una "cárcel", pero la flora le daba un toque un tanto refrescante y agradable.

A Mutsuki le gustaba pasear en ese lugar porque ahí se sentía libre, consideraba que era como un pedacito de cielo en el infierno.

—Sabes, he estado aquí desde hace mucho tiempo... Nunca he visto lo que hay mas allá de la reja, pero me gustaría saber... — dijo, sin embargo fue interrumpida.