Capítulo 1

13.5K 816 110
                                    

Era catorce de febrero en el Instituto de Konoha, dentro de éste se encontraban algunos estudiantes tratando de declarar sus sentimientos hacia sus enamoradas, o enamorados, otros simplemente se mantenían tranquilos por no tener que hacerlo, y otros pocos estaban por las esquinas llorando por no tener con quién celebrar tal día.

En un pasillo se encontraban dos estudiantes; una chica nerviosa estaba por declarársele a un azabache. Él parecía exasperado, pues la chica llevaba un rato en silencio, no sabía como empezar su declaración.

—Sasuke-kun, y-yo —tragó su saliva con dificultad, sus brazos estaban rectos y rígidos apuntando al suelo, mientras sus manos estaban hechas puño—. Quiero decir...

—No sigas —la interrumpió, soltando un largo suspiro—. Mira, no estoy interesado en ti —respondió seriamente, pero sin llegar a ser grosero—. Tengo que irme —informó rápidamente, para empezar a caminar en dirección contraria a la chica, ésta se había quedado de pie en el mismo lugar, observándolo.

—¡N-No sé de quién estés enamorado! P-Pero si no te acepta, te esperaré.

El azabache paró de caminar al escucharla, sin voltear a verla. Reconocía que la chica había sido valiente al decirle eso, pero no cambiaría sus sentimientos.

—Lo siento, pero nunca voy a dejar de estár enamorado de ella —dicho ésto, siguió caminando.

Ya estaba bastante irritado. El día transcurría y algunas chicas ya se le habían declarado, desafortunadamente, para ellas, a todas las había rechazado. Con la que se había topado recientemente no le mintió, realmente no estaba interesado, él solo tiene interés por una persona.

Mientras tanto, cerca de allí, dentro de un aula se encontraban dos chicas conversando alegremente.

—¡Hinata! Vaya que tienes enamorados, eh —sonrió coqueta, mientras codeaba suavemente el brazo de su amiga.

—¡S-Sakura! No digas eso —respondió apenada, mientras sus mejillas se tornaban rojizas.

—No molestes a Hinata —la voz de Ino se hizo presente, defendiendo a la mencionada, junto a la rubia se encontraba su pálido novio, Sai—. Además tú no te quedas atrás, frentona, mira cuantas cartas y flores tienes en tu pupitre —señaló el lugar de la pelirrosa y luego rió.

—Cállate, Ino. ¿Acaso estás celosa? —cuestionó fingiendo un tono de superioridad, pues tan solo quería hacerla enfadar.

—¿Eh? —musitó entrecerrando sus ojos, claramente ofendida—. Por supuesto que no, Sai me dará una sorpresa —declaró muy segura, acercándose al azabache para abrazarlo—. ¿Cierto, Sai?

—¿Eh? —cuestionó sorprendido.

—Más te vale darme un regalo, Sai —le susurró al oído, claramente estaba amenazándolo.

Él se puso de un tono azul, y comprendió que si no hacía algo al respecto, al que le esperaría una sorpresa sería a él.

—Por supuesto, querida —sonrió nervioso y besó la mejilla de su novia, eso bastó para que ella recuperara su buen humor.

—Oye, Sakura.

—¿Huh? ¿Qué pasa, Hinata?

—¿Le darás el detalle que preparaste a tu enamorado? —preguntó tímidamente, temiendo estár entrometiéndose de más.

—No lo sé —respondió pensativa.

—¿Enamorado? Ahh, hablan de tu Sasuke-kun —soltó Ino, lanzándole una sonrisa socarrona.

—¡Shhh! ¡Guarda silencio, Ino!

—Oh, vamos. Todos sabemos que estás perdidamente enamorada de él —comentó obvia.

—Claro que no.

—Claro que sí.

—¿Tú también, Sai? —suspiró derrotada y volvió su mirada a Hinata—. Supongo que si se lo daré, ¿y tú? ¿Se lo darás a Naruto?

—Sí —asintió un poco más segura. La pelirrosa estaba siendo muy valiente, entonces ella también lo sería.

—Bien, en cuánto vengan se los entregamos —propuso segura.

En ese momento por la puerta del aula entraron un rubio y un azabache, tanto Sakura como Hinata se pusieron nerviosas al instante con su presencia.

—¡Hola a todos! —saludó alegremente Naruto, el azabache se limitó a guardar silencio.

—¡H-Hola! —saludaron al mismo tiempo Sakura y Hinata.

Debían relajarse si querían que saliera bien, tenían que pensar con claridad, los nervios eran un punto clave que tenían que controlar. Los chicos avanzaron hasta ellas, sin darse cuenta de lo que estaban provocándoles.

Su rubia amiga las observó de reojo, sonriendo dulcemente al verlas tan nerviosas. El día pasaría lento, pues tendría que esperar pacientemente para presenciar cuando se animarían a declararse.

—Hola —saludó Sai, ajeno a la situación que Ino estaba presenciando.

Aprendiendo de mi pelirrosa |SasuSaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora