Capítulo 22

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Sasuke la miraba expectante, ella lo seguía viendo directamente a los ojos, tenía sus labios levemente entreabiertos.
Podría decirse que ya estaban juntos, pero él quería dejarlo bien claro, y para eso debía pedírselo formalmente.

—Sí —las lágrimas se asomaban levemente por los ojos de la pelirrosa—. Por supuesto que quiero salir contigo —Sasuke dejó de acariciar la mejilla de ésta, para envolverla entre sus brazos.

—Te quiero, Saku —besó su frente—, y gracias —ella levantó su cabeza, y lo miró directo a los ojos—. ¿Podrías cerrar tus ojos? Por favor —le pidió amablemente, sin dejar de verla a éstos, precisamente.

Sin emitir ninguna palabra ni sonido, la pelirrosa los cerró, Sasuke imitó su acción, acercándose a su cara lentamente, para después depositar un beso en los labios de Sakura, ésta se exaltó levemente, pero no se separó, torpemente colocó sus manos en los hombros del azabache y lo abrazó por el cuello.
Se separaron lentamente, ella no dejó de abrazarlo, pero clavó su vista al suelo, tenía vergüenza de verlo a los ojos. Él sonrió al verla tan vulnerable.

—¿Qué pasa, Saku? —preguntó, acariciando su cabello—. ¿Te incomodó? —sabía que no era así, pero quería escucharlo de ella, inmediatamente alzó su vista, estaba completamente sonrojada.

—No, solo me da un poco de vergüenza. Tú solamente una vez me has dado un beso en la mejilla —recordó, esbozando una pequeña sonrisa.

—Es cierto, me alegra que aún lo recuerdes.

—Nunca lo olvidaría —sonrió tiernamente—, fue muy especial para mí.

—Y para mí —le devolvió la sonrisa, mientras la estrechaba entre sus brazos—. Tenemos que ir a la cafetería.

—No, quiero quedarme contigo, aquí —recargó su cabeza en el pecho de él, ir a ese lugar había quedado en segundo plano, no quería que ese momento se terminara, se encontraba demasiado feliz.

—Vamos, tenemos que almorzar, sino tendrás hambre en clases —rió ante el berrinche de su ahora novia.

—Está bien —se separó de él, para inmediatamente tomarlo de la mano—. Vamos entonces.

En el transcurso para llegar a la cafetería se encontraron con algunos estudiantes, éstos posaban su mirada en ellos, y era de entenderse, ya que hasta hace poco el azabache había estado con Karin, quizá la mayoría de éstos se encontraban confundidos. Se limitaron a ignorarlos, mientras ellos supieran la verdad bastaba.
Al llegar a la cafetería sus amigos voltearon a verlos, con calma se dirigieron a la mesa donde se encontraban, y en silencio tomaron asiento, esperando las preguntas o insinuaciones que les harían.

—¿Dónde estaban? —Ino fue la primera en lanzar una pregunta.

—Pensé que ya no vendrían —Naruto codeó el brazo de Sasuke, esbozando una sonrisa divertida.

—Aún no hemos almorzado —se limitó a decir.

Los rubios lo miraron con aburrimiento, querían preguntarles un montón de cosas, pero tenían que contenerse, Sasuke podía molestarse e irse, y Sakura con él. De repente Sai tosió, llamando la atención de todos los de la mesa.

—Entonces —comenzó a hablar, mirando ahora a la pareja—. ¿Ya son novios?

Sakura lo miró avergonzada, Sai siempre era tan directo y entrometido. Los miraron expectantes, esperando que lo confirmaran, luego de unos segundos Sasuke asintió.

—Sí, lo somos.

—¡Felicidades! —gritó Ino, para instantáneamente abrazar a su amiga—. ¡Estoy tan feliz por ti!

—Al fin, sí que nos hiciste sufrir —el rubio abrazó a Sasuke por el cuello—. Bien hecho, amigo.

—Hmp —sonrió ladinamente—. Gracias.

—Deberíamos celebrarlo —propuso Hinata—, ahora estamos todos juntos.

—Tienes razón —asintió Ino, emocionada—. Podemos reunirnos en casa para celebrarlo, ¿qué les parece este viernes? —todos asintieron, a excepción de Sasuke.

—Vamos, Sasuke-kun, solo estaremos nosotros —le sonrió tiernamente—. Será divertido.

—Quería que fuera más privado, sólo nosotros dos —dijo, frustrado.

—Podemos salir cuantas veces quieras después, tendremos un montón de citas —enmudeció de repente, lo que acababa de decir había sido muy vergonzoso—. B-Bueno, si es lo que tú quieres —dijo apenada.

—Por supuesto que sí —besó su mejilla rápidamente.

—Dejen de derramar miel, estamos nosotros presentes —se burló Ino, mirando con diversión al azabache.

—Hmp, Sai y tú hacen lo mismo siempre, no te quejes —contraatacó, si creía que se quedaría callado estaba muy equivocada.

—Cállate, Sasuke —le ordenó avergonzada la rubia.

—Oblígame.

—Ah, ya basta —les regañó la pelirrosa, aunque no tenía mucho sentido hacerlo, ellos seguirían peleando.


Aprendiendo de mi pelirrosa |SasuSaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora