Aprendiendo de mi pelirrosa |SasuSaku|

Capítulo 15

—Saku... —la llamó Hinata. La verdad es que no sabía que decirle, no encontraba palabras para animar a su amiga—. Tal vez no es así, digo, vino hasta acá para hablar contigo. Cuando estaba en su casa, Naruto no quería que Sasuke viniera, sabía que se haría un desastre si lo veías, pero fue tan terco que dijo que si no lo dejábamos venir, él haría hasta lo imposible para llevarte a otro lugar donde pudieran hablar solo los dos, pero como tan pronto lo viste llegar te fuiste, creo que no le quedó otra más que irse.

Sakura se quedó sorprendida ante lo que dijo su amiga. ¿En serio pensaba hacer eso con tal de hablar con ella? Algo estaba pasando, ¿qué era lo que quería con tanta urgencia?

—¿Qué? —la miró atónita, apenas y podía hablar—. ¿Él d-dijo eso?

—S-Sí. Se veía igual de exasperado cuando veníamos en camino. No sé, quizá él y Karin ya terminaron y quiere decírtelo.

—No creo que sea eso, debe haber otra razón —dijo segura.

—Vamos, no seas tan pesimista —la tomó por los hombros y la obligó a verla—. El lunes deberías hablar con él, así sabrás lo que quiere decirte.

—Pero...

—Pero nada, tienes que afrontar esto, nosotras te ayudaremos —la voz de Hinata tranquilizó a la pelirrosa—. Ahora regresemos a la sala, no quiero verte más triste, ¿si?

—De acuerdo.

Ambas tomaron los vasos con helado y regresaron a la sala, donde Ino ya estaba sentada esperándolas.

—Toma, Ino —Sakura le acercó el vaso con helado.

—Oh, muchas gracias —lo tomó y después la miró—. ¿Aún sigues triste? —preguntó preocupada.

—¿Eh? N-No, ya no, no te preocupes. —sonrió mientras tomaba asiento.

—Está bien —dijo no muy convencida y volvió a poner la película.

Al día siguiente en casa de las chicas. Eran las nueve de la mañana, estaban en la cocina comiendo un poco de cereal con leche.

—Sakura, ¿a qué hora vendrá Gaara? —preguntó Ino mientras sumergía su cuchara en el cereal.

—A las tres de la tarde. ¿Están emocionadas?

—¡Claro que sí! Ya quiero conocer a tu noviesin —dijo mientras le pegaba con su codo y sonreía burlonamente.

—Ya deja eso, Ino —la miró entrecerrando los ojos.

A las dos y media de la tarde las chicas se encontraban cocinando, Hinata estaba pegada a la estufa, Sakura buscaba los platos y vasos para poner la mesa, mientras Ino limpiaba la sala.
Pocos minutos después tocaron a la puerta.

—¡Debe ser él! —exclamó Sakura emocionada—. Yo voy.

Trotó hasta la puerta y la abrió, encontrándose con el pelirrojo.

—¡Gaara! —lo abrazó.

—¡Hola, Sakura!

—Me alegra que hayas venido, pasa, por favor —se separaron e ingresaron—. ¡Chicas! —las llamó apenas entraron a la sala.

—¿Qué pasa? ¿Quien... —no terminó de preguntar la rubia cuando vio al invitado de su amiga, sonrió y se acercó—. Tú eres Gaara, ¿cierto?, mucho gusto, soy Ino Yamanaka.

—El gusto es mío —sonrió.

—Siento la tardanza, estaba cuidando la comida —se disculpó Hinata mientras se acercaba a Ino.