Capítulo 5

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Dean, ¿no quieres que esté aquí? -dejé la sartén rápidamente y lo miré.

-No, no Cas. No me refería a eso -puse mis manos mojadas en sus caderas- Claro que quiero que estés aquí, conmigo -pegué mi frente en la suya y cerré los ojos.

-Pensé que...

-Ya ya, lo siento -subí una mano a su mejilla y se quedó una marca mojada en su gabardina -Sólo quería que terminaras todo ahora, para pasar el resto del día juntos.

Puso sus manos en mi mejilla y me besó con delicadeza.

-Cas.. ¿Me quieres? -No sé ni por qué le pregunté eso, pero temía por su respuesta.

-Si.. ¿Es eso un problema? -me miraba preocupado. Quería besarlo sin parar.

-No, no.. creo que no.. Yo.. En realidad, creo que ya lo sabía, sólo que no quería aceptarlo. -me miró confundido. Amo su mirada, sus expresiones.

-¿Cómo podías saberlo si yo no lo supe hasta ahora?

-Bueno, Crowley y un par de ángeles me han dado a entender eso. Al principio pensé que sólo era para tocar los huevos, pero con el tiempo, no sé, fui abriendo los ojos. Incluso Sammy me lo dijo. Gracias a él pude darme cuenta de lo que sentía realmente.

-Dean.. -cerró sus ojos y pegó su frente a la mía. Yo lo besé necesitadamente. Necesitaba besarlo. Sentirlo. Hacerlo mío.

Lo tomé en brazos y él enredó sus piernas en mi cintura. Lo agarré de su culo, quizás era por la gabardina, pero no sabía que Cas tenía tan buen culo. Lo pegué contra la pared e intentaba desabrocharle el pantalón mientras él me comía a besos. Me estaba costando más de lo que pensaba, mis manos parecían de mantequilla, por lo que lo bajé y me deshice de su gabardina y él de mi camisa. Se quitó la corbata mientras yo terminaba de desabrocharle la camisa y quitársela, me quité mi camiseta y me pegué completamente a él contra la pared. Cerró los ojos y yo aspiré el aroma de su cuello, olía jodidamente bien. Fui dejando suaves besos por todo su cuello mientras una mano se posaba en su cintura y la otra recorría su cuerpo. Nuestras respiraciones eran aceleradas pero nuestros toques eran suaves. Era como si ambos tuviéramos miedo de tocar demasiado fuerte y desvanecernos.

Tomé su cara entre mis manos y me dió una mirada increíble. Jodido ángel, ¿cómo puede hacer eso con sus ojos?

-Es como si tuvieras el maldito cielo en tus ojos -sonrió y algo muy dentro de mi se movió. Supe lo que significaba -Te quiero, Cas.

Su expresión cambió a sorpresa total. Por un milisegundo me arrepentí de lo que dije, pero tenía que soltarlo. Baja su mirada, tranquilizada ahora, a su mano, que recorre suavemente mi brazo y acaricia mi pecho, lo miro, deseando una respuesta. En realidad ¿qué respuesta espero, si no le he hecho ninguna pregunta? 

-Cas...

-Dime Dean -empezó a besar mi cuelllo y yo subí la cabeza para que tuviera más acceso, sentía un cosquilleo por todo el cuerpo.

-¿No me responderás nada? -me miró.

-No me has preguntado nada.. -dijo dudoso, mirándome con el ceño fruncido.

-No, pero no sé.. esperaba algo -seguía mirándome con la misma expresión y luego sonrió y me besó.

-¿Te vale como respuesta? 

-No.. -y volví a besarlo.

-Te dije antes que te quería, ¿no me escuchaste? -preguntó poniendo su carita de ángel.

-Sí.. Pero quiero oírte otra vez. -me miró unos segundos, pero parecía eterno.

-Te quiero, Dean. Creo.. que te quiero más de lo que debería.

-No, no, no. Eso no. -sacudí la cabeza también y él me miró completamente confundido -Así no. ¿Por qué más de lo que deberías?

-No sé.. Siento que te quiero más de lo que imaginé. -solté un soplido de aire que no sabía que estaba conteniendo. -¿Qué pasa?

-Nada, nada. Me confundí yo solo -sonreí y lo besé.

Nos dirigimos a la cama y lo empujé, quedando apoyado en sus codos. Me quité los pantalones sin apartar la mirada el uno del otro y luego le quité el suyo. Subí, besándolo, desde su abdómen hasta su boca, donde mordí su labio inferior y luego dejé que mi lengua jugara con la suya, mientras sus manos recorrían mi espalda y desordenaba mi pelo. 

Mi erección fue creciendo cada vez más al sentir la suya. Bajé mi mano y empecé a acariciarlo por encima de su ropa interior. Soltó un soplido que me hizo sonreír. Me encanta su debilidad bajo mis manos. Su pene estaba completamente duro al igual que el mío. Le bajé los bóxers y vi cómo se ruborizó un poco. Qué bello se ve.

-No me creo que te hayas ruborizado, ángel -dije liberando su grande pene y sonreí.

-Nunca había hecho esto, Dean. No sé cómo se usa eso. No he visto tanto porno como tú -solté una gran carcajada. Mi ángel.

-Yo tampoco había hecho esto antes Cas, bueno, sólo he estado con chicas. Tú sólo déjate llevar, y si no te gusta nada me lo dices. Pero lo dudo -le sonreí y él me devolvió la sonrisa con un beso.

Tomé su pene y empecé a masturbarlo, sus gemidos me exitaban aún más por lo que liberé el mío yo también.

DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora