Despues de varios días sin recibir palabra de mis padres decidí dar el paso yo.
—Oye, mamá...
—No tengo tiempo Morgana, tengo cosas que hacer con tu padre...
—¿Qué cosas? Según yo tienes que estar en cama...
Veía como mi madre se iba de una lado a otro de la habitación. Me despere cuando comenzo a empujarme para que siguiera su paso apresurado.
—¡Oye! ¿Qué esta pasando? ¿A dónde van? — pregunte curiosa y con una sonrisa
—Voy a su edificio. Uno de sus camaradas que es médico, me quiere revisar y me quedare ahí unos días—la detuve del hombro y volteo a verme
—No, tú no te puedes ir a quedarte allá. No eres uno de sus experimentos fallidos mamá, eres su esposa y tu lugar es aquí. Si quiere que ese doctor te revise, que él venga hasta acá, ese es su trabajo— mi madre se soltó de mi agarre y siguió empacando
—Mira Morgana, no quiero discutir contigo. Mira no serán tantos días, es solo para que mi corazon no fallé al dar a luz...
—Amor, ¿Estas lista? Ya llego el coche... Morgana, estarás sola unos días ¿Podrás quedarte sola? — me miro serio y yo asentí.
Una vez que mi madre se subio al gran automóvil me incline hasta estar a nivel de la ventanilla y la mire.
—Por favor cuidate mamá, te amo— la bese en la mejilla y ella me regreso ese gesto y me miro.
—Tú padre sabe como cuidar de mi— entonces se abrio el gran porton color canela y el chófer arrancó—Nos vemos en 3 semanas hija....
Entonces vislumbre como mi padrastro apretaba la mano de mi madre con cierta frialdad para ser alguien que la ama.
—Si...
Entonces el automóvil desparecio detrás de las grandes compuertas.
—Señorita, su desayuno ya esta preparado— me gire y ví que era esa simpatica señora.
—¡Oh Teresa! Muchas gracias, disculpe... Usted y yo tenemos que hablar.
—¿Hablar? ¿Sobre qué?
—Pues no se, tengo mucho tiempo... Además necesito una modelo...
—¿Modelo?
Comencé a revisar su cuerpo con la mirada y me quede estupefacta, nunca habia visto un cuerpo tan desproporcionado.
—Si, es que me encanta dibujar y pues, pense que usted seria una muy buena modelo. Por cierto, creo que necesitaré a mas de ustedes.
—¿Por qué no nos llama por lo que somos? — pregunto y yo me le quede mirando.
—Por la simple razón de que yo antes era una persona como ustedes y que no tiene que estar en este nivel.
Espere pacientemente a que Teresa saliera. Comencé a preparar mi pluma untando su punta con tinta negra.
—¿Ya va a salir?...
—No, no lo sé. No estoy muy segura de esto señorita Morgana...
—Vamos, solo se esta probando mi ropa. Ni es para tanto— me enderece y la comencé a animar para que saliera.
—Bien, voy a salir...
Cuando abri mis ojos y observe su cuerpo con esa ropa recorde a una persona de mis sueños. Por dios era ella, es ella, tan linda, tan... Tan llena de hermosura.
—¿Disculpe? ¿Se encuentra bien? — pregunto Teresa mientras se acercaba preocupada.
—¡Oh, si! Solo que me recuerda a alguien. De... De un sueño... Bueno entonces primero quiero que se siente en esa silla... Bien, ahora quiero que se ponga derecha y su gesto lo quiero... Lo quiero dócil... Pero con cierta molestia.
—Asi ...¿Esta bien? — pasados 20 intentos logro por fin lo que quería.
—Si, asi. Ya no se me mueva por favor.
Entonces comencé a deslizar mi pluma por el papel y mi mente divago por ese recuerdo tan fresco que tenia de esa mujer.
Pasaron 20 minutos y la señora Teresa ya no estaba sentada si no que estaba atras de mi observándome.
—Wow, señorita usted dibuja muy bien... Pero una pregunta ¿Quién es ella? — me pregunto y yo me quede viendo fijamente los ojos de la pintura.
—Pues, realmente no lo se, es decir que... Nunca la he visto pero en mis sueños siempre se aparece, creo que...
Entonces tocaron a mi puerta y me le quede viendo.
—Shhh, escondete en el armario... —cerre la puerta con ella adentro y abri.
—¿Qué haces aquí? Se supone que deberias de estar con mamá...
—Ella se quedo con el doctor yo vine por unas cosas. Y también vine por esto... — me quede esperando qie era.
Entonces me alarme cuando ví que sacaba una jeringa de su bolsillo y le quitaba el protector de la aguja.
—¿Qué? ¿Qué haces? — me aleje de la puerta y me hice para atrás.
—Lo siento Morgana, pero necesito hacerlo... Tú estas recordando ciertas cosas...
—¿Cosas? ¿Qué cosas? ¿De qué me hablas? ¡¡Aléjate de mi!! — grite fuertemente y comence a lanzarle cosas.
—Morgana, no hagas esto mas dificil como las otras veces— quito todo a su paso haciendo que la pintura se callera frente a él.
Me quede en el rincón respirando con dificultad. Mientras él se inclinaba a recojer la pintura.
—Vez, este tipo de cosas... No las puedo dejar pasar, apuesto a que sabes quien es ella....
—¡¡¡NO!!!
—¿Ah no? Entonces... ¿Por qué dibujas esto? — de una patada partio en dos el cuadro y lo tiro a un lado.
—¡¡QUE TE ALEJES!!— busque con la mirada un arma pero no había nada cerca.
—Mi morgana, sabes, esto siempre te lo digo cuando te tengo que inyectar. Tengo una serie de opciones para ti, no se si... Hacer mis futuros proyectos contigo, pero primero... Tengo que prepararte para eso...
Entonces observe como la señora Teresa salia con cautela y tomaba una lampara de la mesilla con cuidado. Yo trataba de no mirarla para que él no se percatara de su presencia. Entonces él se aproximo mas a mi y me sonrió.
—Eso, quedate quietesita mi niña. No va a doler — me tomo de la cara apretando mis mejillas y me estiro dejando al descubierto mi cuello.
—No... Por favor... —mi voz se quebraba por la falta de aire.
Entonces se quedó pasmado y aflojo su agarre de mi cara. Entonces se fue resbalando su mano huesuda y calló al piso cual costal de papas.
—¿Esta bien señorita?
—Si, gracias— me lancé a ella y la abrace llorando y asustada.
Ya eres toda mía Morgana. Ahora te tendrás que cuidar de los dos. Coloque mis manos en su espalda y aprete fuertemente.
ESTÁS LEYENDO
LA CREACIÓN DEL MAL
VampireLa venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno. Walter Scott